Conforme avanzan las temporadas el Motril CF arrastra menos aficionados al estadio municipal Escribano Castilla. Este dato anterior es tan fácilmente contrastable como echar un vistazo a los balances que cada final de temporada se hacen públicos en las distintas asambleas ordinarias, que en la entidad blanquiazul suelen dar paso a un proceso de inestabilidad institucional habitual cada vez que se acerca la época veraniega.
Los datos hablan por sí solos de la cada vez menos disposición del aficionado a obtener el carnet de abonado para presenciar los encuentros de la liga regular o en su defecto a la hora de acudir al estadio motrileño para animar al equipo de sus amores. Un estudio curioso de los tres últimos ejercicios ligueros dan a conocer algo que se intuye pero que con los números en la mano no deja lugar a dudas.
En la temporada 2005/06, bajo la presidencia de Rafael García Luján, el ingreso por el concepto de abonados ascendió a 145.479 euros, una campaña más tarde -por entonces el máximo mandatario motrileño fue Rafael Toret Posadas- este capítulo descendió a 114.798 euros, mientras que en la que recién finalizada, con Nicolás Mingorance Benjumea como presidente blanquiazul, ha alcanzado la cifra de 94.660,10 euros.Otro dato que llama notablemente la atención es el apartado de las taquillas. Los 143.154 euros de la campaña 2005/06 bajaron a los 84.505 de la 2006/07 para seguir descendiendo hasta los 27.818,90 de la actual, cifra irrisoria si se compara con las temporadas precedentes y que deja bien a las claras la poca afluencia de aficionados en la campaña que acaba de finalizar.
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