El director de la Policía, en tanto, urge a todos los entes involucrados en el deporte 'rey' a que se busque una solución conjunta.
La muerte de un hincha del Deportivo Cali a manos de seguidores de Independiente Santa Fe -cerca del peaje de Chusacá, en Soacha- despertó otra vez la polémica sobre el manejo de las llamadas 'barras bravas' en los sectores alejados de los estadios.
Los enfrentamientos se han trasladado de las tribunas a los barrios y a las carreteras, incluso, en días en los que ni siquiera hay programado partido de fútbol.
Ramón Jesurúm, presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), que reúne a los 36 equipos de las categorías A y B, dice que la entidad ha pedido repetidamente que se endurezcan las sanciones.
"La Dimayor ha venido insistiendo hace años en que exista una ley severa, donde se judicialice a estos elementos mal llamados hinchas que están manchando al fútbol. Pero no hemos tenido suerte. ¿Qué puede hacer un directivo para evitar que a las 3 a.m., en un lugar apartado de la ciudad, se enfrenten barras?
Este asunto ya es de delincuencia común, de antisociales disfrazados con camisetas de equipos", dijo Jesurúm.
Acciones conjuntas
Según el general Óscar Naranjo, director de la Policía, el tema de las 'barras bravas' es un problema de intolerancia extrema que está desbordando el control de las autoridades y cuya solución necesita el concurso de todas las instituciones involucradas en el tema: actualmente, la Policía está destinando entre 1.200 y 1.500 hombres para vigilar los estadios.
Por eso, aunque el general Naranjo reconoce que la Policía debe revisar la estrategia para enfrentar el fenómeno, señala que dirigentes deportivos, jugadores e inclusive la prensa deportiva deben evaluar cómo pueden aportar a una solución.
Pero algunos entes comienzan a pedir medidas de choque. En Bogotá, el concejal del Polo Fernando Rojas propuso que se prohíba por decreto el uso de camisetas de clubes de fútbol en las calles de la capital y que se limite a los estadios y sus zonas aledañas.
En Medellín, donde fueron capturados siete hinchas de Nacional por ser los supuestos asesinos de un seguidor del DIM -el pasado 29 de junio- el alcalde Alonso Salazar mantendrá una política de apoyo a las barras, pero aplicará el sistema penal. Mientras tanto, sancionó a Los del Sur, la 'barra brava' de Nacional, que no podrá entrar banderas en los próximos dos partidos.
¿En qué va la ley?
Un proyecto de ley sobre seguridad y convivencia en los estadios ya fue aprobado por la Cámara de Representantes y está a la espera de un primer debate en el Senado. Su autor es el representante Mauricio Parodi.
El proyecto contempla que los incidentes relacionados con el fútbol sean penalizados como agravantes en caso de homicidios o de lesiones personales y además pide la creación de un grupo especial de la Policía especializado en temas de fútbol.
Por ahora, continúan las campañas de desarme, como único mecanismo para contrarrestar los homicidios en estadios.
A la Modelo, los asesinos de Juan David, el hincha del Cali
Familiares de Juan David Gómez Pérez, el menor asesinado el domingo en una riña entre barras del América y del Santa Fe, llegaron anoche desde el Valle para recoger su cadáver.
Aunque el menor portaba un registro civil a nombre de Andrés David Pérez Potes -oriundo de Buga (Valle)- las autoridades lograron ayer su identificación plena.
"Tenía 17 años, estaba domiciliado en Cali, y en su espalda llevaba un tatuaje del Deportivo Cali", dice el informe forense en el que, además, se asegura que recibió 25 heridas con arma blanca, cuatro de las cuales le perforaron un pulmón y lo mataron.
David Ricardo Clavijo Buitrago, apenas un año mayor que Juan David, sería uno de los asesinos.
Según el Coronel William Boyacá, comandante de la Sijín de Cundinamarca, Clavijo tenía su ropa manchada de sangre. No obstante, ni él ni Jeison Felipe Zárate, otro de los implicados, aceptaron su responsabilidad en el crimen.
Al parecer, al menos seis muchachos patearon al hincha verde mientras que Clavijo y otros dos lo habrían apuñaleado.
El tercero de los procesados es un menor cuya identidad permanece bajo reserva.
La muerte del joven ocurrió tras la reacción de los hinchas del Santa Fe que iban en un bus y que, dicen, pararon para intentar ayudar a dos aficionados perseguidos por hinchas del Cali.
Según Harrison Romero -el conductor- uno de los dos muchachos se arrodilló y suplicó ayuda. "Decía que le iban a matar al hermano".
Una vez se detuvo el bus, varios muchachos descendieron para auxiliar al hincha.
Se investiga la participación de otros jóvenes en el homicidio, incluidos hinchas del América y del Cali que minutos antes habían protagonizado otro enfrentamiento.
La muerte de un hincha del Deportivo Cali a manos de seguidores de Independiente Santa Fe -cerca del peaje de Chusacá, en Soacha- despertó otra vez la polémica sobre el manejo de las llamadas 'barras bravas' en los sectores alejados de los estadios.
Los enfrentamientos se han trasladado de las tribunas a los barrios y a las carreteras, incluso, en días en los que ni siquiera hay programado partido de fútbol.
Ramón Jesurúm, presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), que reúne a los 36 equipos de las categorías A y B, dice que la entidad ha pedido repetidamente que se endurezcan las sanciones.
"La Dimayor ha venido insistiendo hace años en que exista una ley severa, donde se judicialice a estos elementos mal llamados hinchas que están manchando al fútbol. Pero no hemos tenido suerte. ¿Qué puede hacer un directivo para evitar que a las 3 a.m., en un lugar apartado de la ciudad, se enfrenten barras?
Este asunto ya es de delincuencia común, de antisociales disfrazados con camisetas de equipos", dijo Jesurúm.
Acciones conjuntas
Según el general Óscar Naranjo, director de la Policía, el tema de las 'barras bravas' es un problema de intolerancia extrema que está desbordando el control de las autoridades y cuya solución necesita el concurso de todas las instituciones involucradas en el tema: actualmente, la Policía está destinando entre 1.200 y 1.500 hombres para vigilar los estadios.
Por eso, aunque el general Naranjo reconoce que la Policía debe revisar la estrategia para enfrentar el fenómeno, señala que dirigentes deportivos, jugadores e inclusive la prensa deportiva deben evaluar cómo pueden aportar a una solución.
Pero algunos entes comienzan a pedir medidas de choque. En Bogotá, el concejal del Polo Fernando Rojas propuso que se prohíba por decreto el uso de camisetas de clubes de fútbol en las calles de la capital y que se limite a los estadios y sus zonas aledañas.
En Medellín, donde fueron capturados siete hinchas de Nacional por ser los supuestos asesinos de un seguidor del DIM -el pasado 29 de junio- el alcalde Alonso Salazar mantendrá una política de apoyo a las barras, pero aplicará el sistema penal. Mientras tanto, sancionó a Los del Sur, la 'barra brava' de Nacional, que no podrá entrar banderas en los próximos dos partidos.
¿En qué va la ley?
Un proyecto de ley sobre seguridad y convivencia en los estadios ya fue aprobado por la Cámara de Representantes y está a la espera de un primer debate en el Senado. Su autor es el representante Mauricio Parodi.
El proyecto contempla que los incidentes relacionados con el fútbol sean penalizados como agravantes en caso de homicidios o de lesiones personales y además pide la creación de un grupo especial de la Policía especializado en temas de fútbol.
Por ahora, continúan las campañas de desarme, como único mecanismo para contrarrestar los homicidios en estadios.
A la Modelo, los asesinos de Juan David, el hincha del Cali
Familiares de Juan David Gómez Pérez, el menor asesinado el domingo en una riña entre barras del América y del Santa Fe, llegaron anoche desde el Valle para recoger su cadáver.
Aunque el menor portaba un registro civil a nombre de Andrés David Pérez Potes -oriundo de Buga (Valle)- las autoridades lograron ayer su identificación plena.
"Tenía 17 años, estaba domiciliado en Cali, y en su espalda llevaba un tatuaje del Deportivo Cali", dice el informe forense en el que, además, se asegura que recibió 25 heridas con arma blanca, cuatro de las cuales le perforaron un pulmón y lo mataron.
David Ricardo Clavijo Buitrago, apenas un año mayor que Juan David, sería uno de los asesinos.
Según el Coronel William Boyacá, comandante de la Sijín de Cundinamarca, Clavijo tenía su ropa manchada de sangre. No obstante, ni él ni Jeison Felipe Zárate, otro de los implicados, aceptaron su responsabilidad en el crimen.
Al parecer, al menos seis muchachos patearon al hincha verde mientras que Clavijo y otros dos lo habrían apuñaleado.
El tercero de los procesados es un menor cuya identidad permanece bajo reserva.
La muerte del joven ocurrió tras la reacción de los hinchas del Santa Fe que iban en un bus y que, dicen, pararon para intentar ayudar a dos aficionados perseguidos por hinchas del Cali.
Según Harrison Romero -el conductor- uno de los dos muchachos se arrodilló y suplicó ayuda. "Decía que le iban a matar al hermano".
Una vez se detuvo el bus, varios muchachos descendieron para auxiliar al hincha.
Se investiga la participación de otros jóvenes en el homicidio, incluidos hinchas del América y del Cali que minutos antes habían protagonizado otro enfrentamiento.
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