La afición quería despedirse en El Helmántico y así lo hizo aunque no de la manera más correcta, ya que un grupo de aficionados se dirigió hacia la puerta 4 del estadio para forzarla y acceder al recinto.
Una vez allí, rompieron los cristales de la puerta de acceso a las gradas para poder encaminarse al fondo sur y despedirse del campo que tantas alegrías y sufrimientos les ha dado durante muchos años.
Quizá fue el único punto negro de esta concentración ya que, una vez en el campo, el comportamiento de los aficionados fue ejemplar ya que solo algún nostálgico decidió llevarse un trozo de césped, pero sirvió para inmortalizar el momento.
Minutos después, llegaron varios agentes de la Policía Nacional para deslojar el campo de una manera pacífica y no hubo que registrar ningún tipo de incidentes a la hora de abandonar el estadio Helmántico.
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