Suceso extraño y a la vez exclarecedor sobre el poder de los aficionados radicales en el fútbol, en este caso, en Italia. Salernitana y Nocerina jugaban este domingo su particular derbi, de la tercera división. El club local había prohibido la entrada a los ultras visitantes y estos, como solución, optaron por presentarse por la mañana en el hotel del Nocerina. Allí intimidaron a jugadores y técnicos de su propio club, amenazándoles incluso de muerte si jugaban el encuentro.
Tras negociaciones entre el club y los responsables de la categoría, finalmente los jugadores salieron al campo. Al minuto de juego, el técnico agotó sus sustituciones y después hasta cinco jugadores simularon lesiones para dejar a su equipo con siete, por lo que el árbitro suspendió el duelo cuando solo se había disputado 21 minutos.
30 aficionados ya han sido detenidos por la Policía. Eso sí, todos ellos han negado las amenazas de muerte y han afirmado que lo único que hicieron fue hacer ver a sus jugadores la injusticia que se había cometido con ellos. La mayoría de los dirigentes del Nocerina han presentado su dimisión por los hechos.
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