Fue un Santiago Bernabéu extraño, diferente al de las noches europeas, pero todo hace indicar que puede ser habitual a partir de ahora. Ayer ya informábamos de la tolerancia cero que iba a aplicar el Real Madrid debido las disputas internas que están sufriendo los Ultras Sur. Un conflicto que ha llevado a los líderes históricos a dejar un grupo que podría ver el final de su días. De las dos mil localidades que siempre están ocupadas en su zona reservada en el fondo sur, entraron 155 al recinto madridista. El control va a ser exhaustivo por parte del club y en el momento que se incumplan las directrices marcadas, el fondo sur recuperará su aspecto normal, sin zona acotada para los seguidores radicales blancos.
El club pidió el documento nacional de identidad a todo aquel que quiso acceder al estadio, acompañado de su abono, y la respuesta ha sido la de la masiva deserción. Los enfrentamientos internos dentro del grupo, que provocaron incidentes en los instantes previos al partido ante la Real Sociedad en las inmediaciones del estadio, llega como consecuencia de una lucha de poder y un 'asalto' al sillón de gente que reclama una postura más radical y con un mensaje alejado de lo deportivo.
Algunos de los históricos dirigentes de los Ultras Sur han dado un paso atrás, se han desvinculado del grupo y han dejado el liderazgo a los que en los dos últimos años han buscado esa cuota de protagonismo. Tanto es así que, ahora mismo, no hay poder alguno, el grupo está descabezado. Ultras Sur, como se ha entendido hasta ahora, está cerca de desaparecer. Este vacío en la dirección no ha sido bien visto por el club. Florentino Pérez no está dispuesto a consentir el más mínimo gesto de violencia y el primer paso se dio ayer, evitando la libre circulación de abonos, accediendo al estadio solo los titulares.
Sin incidentes en la calle
Ayer no se produjeron incidentes de ningún tipo en los aledaños del Bernabéu. Es más, en las redes sociales dejaron claro que durante un tiempo se retiraban de la calle ante lo que consideran un triunfo debido al gesto de decir adiós de algunos de los citados dirigentes de los ultras.
Como consecuencia de la reducida presencia de seguidores del grupo dentro del estadio, la primera parte del partido ante el Galatasaray se jugó en silencio. Por momentos, incluso se oían las conversaciones de los jugadores. Nadie en la grada levantaba la voz. También es cierto que el juego del equipo dejaba mucho que desear, lo que impedía que la grada se encendiera y animara al equipo. Tanto fue así, que el homenaje a Cristiano Ronaldo de la primera mitad, el del minutos siete, quedó deslucido al máximo.
En la segunda parte cambió el panorama por completo. La grada participó más de lo que estaba sucediendo en el terreno de juego, pero el fondo sur siguió teniendo ese extraño aspecto, con la grada de detrás de la portería, vacía, con escasa presencia de los Ultras Sur.
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