Los aficionados del Real Madrid marcaron el primer gol de las semifinales de la Liga de Campeones que iniciarán los blancos ante el Bayern de Munich en el estadio Santiago Bernabéu con miles de aficionados implicados tras recibir en masa al autobús del conjunto blanco, que iniciará el choque arropado por una hinchada que intimidó al cuadro alemán.
Una hora y media antes del pitido inicial casi no cabía un alfiler en las calles aledañas al estadio Santiago Bernabéu. La afición merengue respondió al llamamiento de Xabi Alonso y de varios jugadores de la plantilla, que solicitaron un apoyo masivo antes del inicio de uno de los partidos más importantes del curso.
Igual que la temporada anterior, cuando el Borussia de Dortmund visitó el Bernabéu en la vuelta de las semifinales, los hinchas del Real Madrid se movilizaron sin fisuras para que el trayecto del autobús hacia el estadio impresionara a unos jugadores acostumbrados a que sus aficionados se impliquen cuando lo necesiten.
En esta ocasión no hacía falta remontar la eliminatoria para pasar a la final. Simplemente había que obtener un buen resultado para la vuelta con el que tener posibilidades de abordar la tan deseada décima Copa de Europa.
El vehículo del Real Madrid atravesó la marea blanca entre los cánticos de los aficionados y las decenas de petardos que rodearon de humo un autobús en el que los futbolistas blancos, desde sus asientos, miraban asombrados el ambiente previo al choque.
Sólo unos pequeños incidentes ensombrecieron el paseo madridista. En la calle Padre Damián, tras el paso de la comitiva blanca, la policía tuvo que intervenir y se empleó con algo de dureza con cuatro aficionados del Real Madrid que interrumpían el camino a sus caballos.
Después, el autobús madridista dejó a sus jugadores dentro del estadio y comenzó la "pelea" de aficiones dentro del Bernabéu. Los alemanes, desde el fondo norte, no dejaron de hacer ruido hasta que comenzó el partido.
Sólo fueron callados por la música de U2, Bruce Springsteen y AC/DC, que estallaron como un obús en el estadio mientras el público blanco se acomodaba en unos asientos en los que reposaban miles de banderas blancas.
Éstas formaron un mosaico que coloreó una grada ansiosa de fútbol y de victorias del Real Madrid. La afición blanca respondió. Todos se esforzaron en arropar a su equipo antes de un partido clave. La décima Copa de Europa espera en Lisboa.
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