Siete días después de la emboscada de Chiclana, la visita del Xerez Deportivo FC a San Fernando y de sus aficionados contó con medidas de seguridad más acordes a lo que se ha venido solicitando desde el club azulino, y efectivos de la Policía Nacional se encargaron de que no se registrasen incidentes fuera del campo.
Dentro del Gómez Castro fue ya otra cosa porque en el minuto 33, el árbitro tuvo que interrumplir el partido unos minutos por el lanzamiento de una bengala -otra vez-, que cayó en el pasillo que separa la grada del terreno de juego, con la consiguiente humareda que produjo.
Los cuatro efectivos de la Policía Nacional, que estaban junto al acceso a vestuarios, se dirigieron a la zona de la grada donde se ubicó el Kolectivo Sur y otros aficionados radicales xerecistas, desde donde se encendió la bengala, y el partido se reanudó y transcurrió sin problemas después de que el árbitro dialogara con los policías nacionales -llegaron dos efectivos más- hasta el descanso.
En el intermedio, algunos aficionados jerezanos se acercaron a donde estaban los aficionados del Cañorrera con los que habían intercambiado cánticos alusivos a Jerez, Sevilla, San Fernando, Cádizy la Bahía, pero la cosa no pasó a mayores.
Avanzada la segunda mitad, hubo alguna carrera en el piso superior y pasada la media hora de la segunda mitad, los ultras xerecistas salieron de la grada, desplazándose hasta la entrada, desde donde siguieron el final del partido vigilados por la Policía Nacional. Tras acabar el choque y al acercarse los futbolistas del Xerez DFC como es habitual en todos los partidos, los radicales encendieron un bote de humo justo delante de los efectivos de la Policía Nacional que les custodiaban.
Tras el partido, al menos un ultra xerecista fue trasladado a la Comisaría de la Policía Nacional -muy cerca del campo de fútbol-, de la que salía poco después mientras era vitoreado por los radicales que le esperaban al otro lado de la avenida junto al autobús que les llevaba de vuelta a Jerez.
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