El colegiado Alejandro Medina Martín, que suspendió en el descanso el partido de Tercera Ceuta-Gerena, recogió en el acta que recibieron amenazas de muerte y graves insultos en el estadio ceutí, por lo que adoptó esa medida al ver "peligrar" la "integridad física" del trío arbitral y del resto de participantes.
En su escrito, al que ha tenido acceso Efe, el árbitro gaditano de este encuentro indica que, al no garantizarle la Policía Nacional su presencia permanente en el campo durante todo el partido, se vio obligado a decretar su suspensión, tras lo que él y sus auxiliares tuvieron que volver al puerto ceutí escoltados por policías.
Según el acta, facilitada por la web Sindicato de Árbitros, cuando iba a entrar al vestuario, observó a "uno o dos espectadores dentro del terreno de juego, pertenecientes al club local", y a los que pudo "identificar por sus cánticos y comentarios durante la primera parte"
Uno de ellos, añade, se dirigió a uno de sus asistentes diciendo "'No salís vivos de aquí, te voy a degollar el cuello'" y, al observar la llegada de todo el equipo arbitral, se dirigió a ellos en los siguientes términos: "'Os voy a matar a los tres. Os voy a esperar fuera para mataros, hijos de puta'".
El árbitro, que elaboró el acta ya en su domicilio, también relata los problemas que tuvo con algunos miembros del club ceutí, entre los que cita al ayudante sanitario, al asegurar que se dirigió a él con palabras como "sois unos sinvergüenzas, hijos de puta".
Agrega que, "antes de poder acceder al vestuario", vio "cómo el entrenador local" hizo "un gesto con las manos simulando que se encuentra esposado" dirigiéndose al público, además de que un grupo de personas golpeó la puerta del vestuario arbitral e impidió que se cerrase, hasta que pudieron hacerlo con la ayuda del delegado local.
Ante estos hechos, el colegiado explica que llamó al teléfono de Emergencias 112 y que cincuenta minutos después se personaron en el estadio dos parejas de la Policía Nacional, que le indicaron que no podrían estar todo el partido en el estadio.
"Viendo peligrar nuestra integridad física, así como la de los participantes, realizando todos los oficios de mi buena voluntad, me vi obligado a suspender el encuentro de manera definitiva, agotando todos los medios disponibles a mi alcance", según el acta.
También señala que, al salir del estadio, "un grupo de aficionados locales" se dirigió a ellos "profiriendo toda clase de insultos y amenazas, prueba" de los "peligros anteriormente mencionados", por lo que fueron escoltados hasta el puerto.
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