Perforación de hígado, seis días en terapia intensiva y otros once en observación en el Hospital del Trauma, eso es lo que tuvo que soportar un adolescente de 14 años que en la noche del domingo 18 de setiembre en Villa Elisa fue atacado junto a su tío y otros amigos por al menos media docena de desconocidos que se identificaron como integrantes de la barrabrava “Comando”, de Cerro Porteño.
El adolescente, su tío, y tres amigos más - una mujer entre ellos - se dirigían a su casa en el barrio 29 de setiembre tras ver el partido de Olimpia y Guaraní por el torneo local, pero faltando una cuadra y media para llegar a la casa, todos pagaron caro el que uno de ellos vistiera la camiseta del club franjeado. Un automóvil y una motocicleta les cerraron el paso poco después de las 22:00 y a punta de arma de fuego empezó el brutal castigo contra el mayor de ellos, el tío.
En medio de la sorpresa y la golpiza la joven y otros dos menores huyeron despavoridos pero el adolescente de 14 años no quiso dejar a su tío solo, sin embargo antes de reaccionar fue apuñalado por parte de uno de los atacantes quien le vociferaba que Ñemby era territorio de Comando.
Al ver esto, su tío, desde el suelo, le gritó que escapara. De inmediato acató la orden pero su huida fue frenada por la misma hoja afilada, que esta vez penetró en el centro del abdomen, justo por debajo de donde se unen las costillas, como si la estocada hubiese sido calculada con exactitud.
Movido por la adrenalina, nuevamente se echó a correr, como la sangre a través de sus ropas, y logró llegar hasta un taller que tenía el portón semiabierto, donde se metió para escapar de su verdugo. Su remera blanca revelaba la magnitud de sus heridas y su rostro reflejaban el dolor y el miedo.
Mientras la cámara de seguridad guardaba las imágenes del adolescente llegando al taller, su tío se convertía en la siguiente víctima del más violento de los atacantes. Su espalda fue el tercer sitio donde el estoque infligía daño luego de llevarse el tradicional trofeo, la camiseta del club rival.
El padre de la principal víctima movilizó un operativo en el que logró reunir datos e imágenes sobre los agresores y así en menos de una semana consiguieron pistas necesarias para llegar a un sospechoso, identificado como Rafael Villalba Acosta (20) con antecedentes por abuso sexual en niños. Los dos que sufrieron sus estocadas lo identificaron plenamente.
Sin embargo pese a contar con estos datos a pocos días de lo ocurrido, más de un mes después, específicamente el 25 de octubre, la Fiscalía emitió una orden para que el sospechoso declarara, no para su captura. Este viernes de noche fue arrestado en Villa Elisa y desde ese entonces guarda reclusión en la Comisaría local.
El oficial de policía, padre de la víctima, decidió contar la historia porque teme que la pasividad con que actúa la justicia pueda contribuir a que el sospechoso quede nuevamente en libertad, exponiendo una vez más la vida de su hijo.
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