La victoria del Badajoz ante el Amanecer quedó en anécdota por la vergonzosa batalla campal en la que se convirtieron las gradas del Municipal de San Isidro donde se enfrentaron un grupo de ultras del Badajoz contra aficionados locales.
Los incidentes fueron de tal calado que el colegiado Garro Sánchez se vio obligado a suspender el encuentro cuando todavía quedaban tres minutos para la finalización del choque. La actitud provocadora de los hinchas blanquinegros y la poca cobertura de las fuerzas de orden público fueron el detonante para que se produjera la tumultuosa pelea en la que niños, periodistas y aficionados fueran vapuleados con un triste saldo final de tres heridos y un final de partido a expensas de tres minutos.
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