La final de Milán entre Real Madrid y Atlético sigue jugándose, en cierto modo, en los Juzgados de Leganés: José Antonio Campón, socio número 8.856 del club rojiblanco, presentó ayer una demanda contra la UEFA y el colegiado de la final de Champions 2016, Mark Clattenburg, reclamando daños y perjuicios por entender que el gol de Sergio Ramos, en fuera de juego, “alteró la competición, beneficiando a uno de los dos equipos”, como reza el escrito presentado.
La demanda reclama 1.660 euros (160 del precio pagado por la entrada y 1.500 por los daños morales causados) y señala a la UEFA como responsable por “no poner todos los medios para velar por el cumplimiento del reglamento y elegir personas (Clattenburg) que no cumplen con su deber como les sería exigible”. En el fondo de la reclamación subyace el debate, cada vez más intenso, de la necesidad de incluir la tecnología en el fútbol para evitar fallos de este tipo. “Demandamos al sistema para que se apliquen medios técnicos que existen y ya se usan en otros deportes. Estos errores siempre van en perjuicio de los débiles”, comenta José Antonio Campón.
Carlos Méndez, abogado socio del despacho Méndez&López de Toro, estuvo ayer desgranando las interioridades de una demanda que, considera, podría sentar un antecedente fundamental para la integración del videoarbitraje en el fútbol: “Es algo que va a ocurrir, no sé cuando, pero sucederá. Se pueden y se deben mejorar las normas. Fíjate en el tenis, donde el Ojo de Halcón tuvo detractores al principio y ahora está totalmente instalado. Si nuestra demanda se admite, va a ser aplicable a nivel europeo y cualquier espectador que se vea afectado por un engaño podrá reclamar. Estos medios técnicos existen, pero no se ponen a disposición del fútbol. En este último derbi se pudo ver un cabezazo de Cristiano que parece que pudo superar la línea de gol”.
Méndez equipara la entrada con un contrato en el que el espectador se adhiere y espera que las normas sean respetadas. “Si vas al cine y no hay sonido, te devuelven el dinero. Esto es lo mismo. Hay una normativa y se ha incumplido. Es una negligencia y en tu trabajo, cuando eres negligente, pagas las consecuencias. Por eso dirigimos la reclamación al empleador (UEFA) y a su empleado (Clattenburg) como responsables El objetivo final es cambiar esta situación y creemos que es de sentido común. Reclamamos una cantidad razonable, no se trata de hacerse millonario con esto”, expone.
La pregunta del millón es: ¿puede esto afectar al resultado del partido? La respuesta es no; al menos, en lo que a Campón y sus abogados se refiere. “Jurídicamente no tenemos la legitimación activa, sólo el club la tiene. Pero se ha valorado... El club sabe de esta demanda, pero ha preferido mantenerse al margen. Quizás sean sus propios aficionados los que le pidan que reclame al final...”, responde Méndez, que espera una respuesta sobre la admisión a trámite antes de final de año. Un pequeño paso que podría tambalear los cimientos del sistema futbolístico europeo y empujarle a entrar en el siglo XXI. “Sólo reclamamos que las normas, que existen, se cumplan”, sentencia.
Demanda abierta para todos
Desde el despacho Méndez&López de Toro se ha habilitado un correo electrónico (mendezylopezdetoromilan2016@gmail.com) para que otros aficionados que se sintiesen engañados en la final de Milán puedan adherirse a la misma. “El requisito es que sean socios y asistiesen al partido; también los del Real Madrid si quieren pueden hacerlo, el día de mañana esta situación puede perjudicarles a ellos”, comenta Méndez. Apoyada en la Ley de Consumidores y Usuarios, la demanda no admite apelación por la baja cuantía que reclama, por lo que la sentencia, de producirse, sería definitiva, y tampoco pueden aplicársele costas judiciales. En el despacho legal esperan que el ejemplo de Campón, amigo personal de los socios, llame a otros a reclamar ante un espectáculo, entienden, injusto.
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