Los capitanes de la AS Roma son conscientes de que necesitan todo el apoyo de su afición si quieren ganar este domingo a la Lazio en el derbi de la ciudad eterna.
Por eso, Francesco Totti, Daniele De Rossi y Alessandro Florenzi le han pedido al colectivo de ultras romanistas, Curva Sud, que deje la huelga de animación -en vigor desde hace más de un año- y vuelvan a darle color al estadio con sus tifos.
Por desgracia para los jugadores, ya no cuentan con el apoyo de sus ultras cada fin de semana. Por motivos de seguridad, el Prefecto de la capital italiana decidió dividir en dos partes las curvas del Olímpico de Roma. Una medida que los ultras no aceptaron. Su lema es: “El que entre es cómplice”. Desde entonces, tanto los partidos de la Lazio como de la Roma tienen un tinte descafeinado sin sus tifosi animando.
"Queremos que vuelvan, como en los viejos tiempos”, dijo Totti. Este llamamiento se produjo en un acto de homenaje a Giuseppe De Vivo, más conocido como Peppone, uno de los capos de la Curva Sud fallecido en agosto de 2015.
Los capitanes romanos se plantaron allí sin permiso del club. Fueron recibidos con una fuerte ovación, se tomaron fotografías con los seguidores y hablaron de la situación de la Curva Sud con los jefes del grupo.
"Hoy en día hay miles de filtros entre nosotros y los fans, se ha perdido lo que era el espíritu de los Juegos Olímpicos y la gente como Peppone", dijo De Rossi.
En cambio, Alessandro Florenzi quiere vivir en el campo ese ambiente de las grandes noches con la Curva apretando, ya que nunca lo ha sentido porque lleva pocas temporadas en el primer equipo. "Daniele y Francesco han vivido la mejor parte, había muchos aficionados. Llegué demasiado tarde, han sido penalizados".
Este es el sentir de unos jugadores que echan de menos a sus seguidores más fieles, hartos de la distancia que les separa por una mera decisión política.
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