Muchos bautizaron el Reus-Nàstic del domingo como el derbi del fair play por las reiteradas muestras de buen rollo entre futbolistas, entrenadores y presidentes. Quizás contagiado por un ambiente tan naif, Rubén Sánchez Giner, ya exjugador del juvenil B del Reus, olvidó que tras la fachada se esconden dos enemigos futbolísticos irreconciliables, traslación del histórico pique entre ciudades. El chaval, expulsado del club roig-i-negre por animar a su Nàstic en el campo del Reus, acabará vistiendo, salvo sorpresa de última hora, la camiseta del club de sus amores.
“Del Nàstic me han dicho que harán lo posible para que forme parte ahora del club como jugador juvenil”, adelanta Rubén a La Vanguardia, agradecido por las muestras de apoyo recibidas, de aficionados, entrenadores e incluso del presidente grana. “El Nàstic me ha comunicado que ahora están a la espera del Reus, que tengo todo su apoyo y que me ayudarán en lo que necesite”, añade. Desde el club tarraconense aseguran que ha sido el futbolista quien se ha ofrecido y que tiene un lugar en su tercer equipo juvenil. “No se le ha hecho ninguna oferta para ficharle”, dicen las mismas fuentes. El Nàstic está ahora a la espera de que el Reus tramite la baja federativa de Rubén para poder incorporarle.
Aunque no lo reconocerá nunca públicamente, para el Nàstic parece una oportunidad servida en bandeja de plata la expulsión de un socio y aficionado acérrimo suyo en manos del eterno rival por seguir sintiendo el color grana, a pesar de militar en el Reus. Un pase de gol justo después de perder el derbi y seguir como colista de Segunda División A, al tiempo que el Reus disfruta en la zona de promoción de ascenso de su nuevo estatus, acostumbrado durante décadas a malvivir en Tercera División y Segunda B.
Las redes sociales hierven con centenares de comentarios de aficionados del Reus y del Nàstic, con opiniones para todos los gustos. Parte de los seguidores roig-i-negres defienden la actuación de los responsables del fútbol base, mientras que los aficionados del Nàstic, al igual que Rubén y su padre, reprochan especialmente las formas del Reus. “Sigo pensando que llevar la camiseta del club de tu vida para animarle no es una falta de respeto tan grande como para que te expulsen”, reitera el futbolista, de 17 años.
El chaval, criado en el Morell (Tarragonès), reconoce que el domingo, con el disgusto y en caliente, les dijo a sus padres que no quería saber nada de fútbol hasta la próxima temporada. Pero su decisión empezó a cambiar con el alud de muestras de apoyo recibidas, incluso de Cristian Lobato y Álex López, del primer equipo del Nàstic. “Aficionados del Reus también me han dado ánimos. Ahora quiero estudiar las ofertas que tengo y pensar dónde puedo estar más cómodo”, dice.
Lo que tiene claro Rubén Sánchez, que para siempre pasará a formar parte de la intrahistoria del primer derbi tarraconense en Segunda División A, es que no quiere volver al Reus. “Si me lo ofrecen les diría que no, sobre todo por la manera como me han expulsado”, apostilla. La directiva del Reus Deportiu prefiere no valorar un caso que aún podría vivir algún nuevo capítulo.
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