Tarde tensa, a la par que tranquila, la que se vivió en la capital hispalense. Los incidentes del partido de ida entre Biris Norte e Irreducibili, ultras de ambos equipos, y los mensajes que se dedicaron en los días posteriores invitaban a un escenario casi bélico para este partido de vuelta.
No obstante el día transcurrió con toda la normalidad posible. Los tifosi romanos pasearon por las inmediaciones del Benito Villamarín por la mañana y de ahí fueron trasladados hasta los Jardines de Murillo, donde toda la afición de la Lazio salió escoltada hasta el Sánchez-Pizjuán. Un transcurso que parecía tener un final feliz... pero que acabó en un buen susto.
El imprevisto se quedó en susto
Cuando los ultras laziales llegaban al feudo de Nervión, ocurrió un incidente no previsto. Los italianos, en la esquina de la Avenida San Francisco Javier con Eduardo Dato, se saltaron el cordón policial y atacaron a un nutrido grupo de ultras sevillistas, que también se acercaron y rompieron el corteo en busca de los romanos.
No obstante no hubo que lamentar hechos tan graves como los que ocurrieron en la ida, con algunos aficionados heridos por arma blanca. Apenas hubo un par de encontronazos, que los cuerpos policiales resolvieron de inmediato.
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