Hay efemérides que conviene recordarlas para que no se vuelvan a repetir jamás. Hoy se cumple un año de uno de los episodios más negros que ha vivido el Bilbao futbolístico. Hace 365 días de los graves incidentes que ocurrieron en la explanada de San Mamés en los prolegómenos del encuentro de Europa League entre el Athletic y el Spartak de Moscú. Se produjo una auténtica batalla campal entre los ultras de uno y otro equipo. Un agente de la Ertzaintza, Inocencio Arias García, falleció durante el enfrentamiento debido a una parada cardiorrespiratoria.
Era el jueves 22 de febrero de 2018. El Athletic y el Spartak debían jugar la vuelta de los 1/16 de la Europa League tras el 1-3 que los leones cosecharon en Rusia. Pero desde el mismo momento que ambos clubes quedaron emparejados en el sorteo se encendieron las alarmas ante posibles altercados. Y es que los ultras del Spartak son de los más peligrosos del continente.
El ambiente se fue caldeando desde uno y otro bando en los días previos hasta que todo explotó un par de horas antes de arrancar el partido. Cuando los hinchas del conjunto ruso llegaron a las inmediaciones de San Mamés escoltados por la Ertzaintza.
El despliegue fue grande, pero no suficiente. Los ultras de ambos equipos comenzaron a intercambiar insultos y luego la cosa pasó a mayores. Vasos volando, multitud de bengalas que tiñeron de rojo los aledaños del estadio bilbaíno, enfrentamientos cuerpo a cuerpo... No era la primera vez que la afición del Spartak participaba en unos hechos similares. También causaron muchos problemas en su visita a Sevilla la pasada temporada.
De inicio se especuló con que Inocencio Arias había fallecido debido a algún traumatismo. El Gobierno Vasco lo negó pocas horas después del suceso y aseguro que la parada cardiorrespiratoria provocó la muerte del ertzaina, al que los servicios médicos trataron de reanimar durante más de una hora.
La UEFA tomó nota y en junio llegaron las sanciones a los dos clubes. El Athletic fue castigado con 40.000 euros por insuficiencias en la organización. Y también deberá reducir el aforo de San Mamés en 2.000 espectadores en el próximo encuentro que dispute como local en los torneos europeos. El Spartak, por su parte, fue sancionado con 55.000 euros y la UEFA le prohibió vender entradas a sus aficionados en los tres siguientes compromisos a domicilio que tuvieran que disputar en competición continental.
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