La Liga juvenil vuelve a ofrecer imágenes deprimentes. Fue el sábado pasado en Badajoz, en el choque entre el Guadalupe y el Plasencia, que se acabó en el minuto 43 cuando se produjo una pelea colectiva entre jugadores y aficionados de ambos equipos.
El árbitro Juan Ignacio Moruno Higuero suspendió el partido (con 1-0 para los locales), que se reanuda mañana a puerta cerrada.El desencadenante de una situación ingobernable fueron dos expulsiones. Según el acta arbitral, Benito Salgado, del Plasencia, vio la roja «por agredir a un contrario cuando el juego se encontraba detenido». Mientras, Borja Pérez, del Guadalupe, fue expulsado «por propinar puñetazos a un contrario, tras haber recibido una agresión de un jugador del equipo contrario».A partir de ahí, el caos.
Pérez fue sujetado por «compañeros y rivales» para evitar una nueva agresión y Salgado «fue rodeado por jugadores y público de ambos equipos, golpeándole al mismo multitud de jugadores. Jugadores del Plasencia entraron a agredir a jugadores locales», agrega el acta. Los dos delegados de equipo intentaron pacificar pero «sus esfuerzos fueron insuficientes».
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