El Real Madrid festejó con miles de aficionados en la fuente de Cibeles, el lugar emblemático de las celebraciones blancas, la consecución de su segundo título liguero consecutivo, tras ganar 2-1 en el campo del Osasuna en una remontada épica en los cinco últimos minutos del encuentro.
Los hinchas merengues empezaron a acudir hacia la céntrica fuente madrileña nada más terminar el encuentro en Pamplona para comenzar a festejar el trigésimo primer título liguero blanco, a la espera de que llegara el equipo. "Esta victoria la esperábamos desde el domingo pasado y finalmente ha sido hoy. La merecíamos", declaró a la AFP Fernando, envuelto en una bandera del Real Madrid. "Ha sido una victoria muy sudada, un título que ha costado mucho y nos va a permitir recuperar nuestro orgullo", consideró su amigo Diego, que portaba una camiseta con el nombre del portero Iker Casillas.
"Aquí, en un campo difícil, hemos ganado de manera heroica", aseguró el presidente blanco, Ramón Calderón, quien destacó que el "equipo ha demostrado carácter" para remontar un resultado adverso a siete minutos del final del encuentro.
El Osasuna logró adelantarse en el marcador con un penalti transformado por Pachi Puñal en el minuto 83, pero cuatro minutos después empataba Arjen Robben y dos minutos más tarde, al filo del final, Gonzalo Higuaín marcaba el gol de la victoria y de la Liga.
"Es una alegría inmensa porque es muy difícil mantener un título", añadió Calderón, mientras el defensa Sergio Ramos destacó que "el equipo ha luchado hasta el último minuto". "Es el objetivo que teníamos", recordó el defensa argentino Gabriel Heinze, antes de afirmar que es un triunfo y una Liga "para todos, que todo el Madrid lo festeje".
"Es un final bonito", dijo el entrenador blanco, Bernd Schuster, en la rueda de prensa posterior al encuentro, en la que aseguró que es un momento de "felicidad". El técnico alemán, que logró así su primer título liguero como entrenador, afirmó que "si alguien se merecía ganar éramos nosotros" y dejó entrever que encara con mucha más tranquilidad el gran clásico liguero el próximo miércoles frente al FC Barcelona en Madrid.
Los hinchas aguardaron la llegada de su equipo durante tres horas en medio de cánticos y consignas como "¡Campeones!" o "es polaco el que no bote es, es", en referencia a los aficionados del FC Barcelona, al que el Madrid se enfrentará el próximo miércoles.
El equipo merengue llegó a bordo de un autocar descubierto, de color blanco y con el lema '31 Ligas', sobre las 02H55 a la Plaza de Cibeles, donde les esperaban los millares de aficionados. El equipo había llegado sobre la 01H30 al aeropuerto de Madrid, procedente de Pamplona, en su avión privado, en el que había seguido la fiesta.
Los jugadores, entre ellos el héroe de la jornada y autor del gol de la victoria blanca ante el Osasuna, el argentino Gonzalo Higuaín, envuelto en la bandera de su país, se acercaron entre gritos de "¡Campeones, campeones!" hasta la mítica fuente, protegida para la ocasión con un importante despliegue policial.
El monumento fue rodeado por vallas, en las que se podía leer 'Gracias afición', y una pasarela por la que los jugadores bailaron y botaron animando a los aficionados, encabezados por su capitán, Raúl González, al que los hinchas aclamaron con gritos de "¡Raúl selección!". El delantero blanco no parece contar en los planes del seleccionador Luis Aragonés, que no lo ha vuelto a convocar desde septiembre de 2006.
"La gente es increíble, para eso jugamos, por ellos", afirmó el delantero holandés, Ruud Van Nistelrooy, mientras por la megafonía de la plaza sonaba el 'We are the champions', de Queen, y sobre el palacio de Correos, contiguo a la fuente de Cibeles, se proyectaba un juego de luces con el escudo del Real Madrid.
El momento culminante llegó cuando Raúl, envuelto en la bandera española y del Real Madrid, se acercó hasta la estatua de la diosa Cibeles para ponerle al cuello la bufanda del Real Madrid, cubrirla con la bandera que él mismo llevaba, y ponerle en las manos una enseña del equipo blanco, acompañado por los acordes del himno del Real Madrid.
Tras el 'homenaje' a Cibeles, los jugadores aún se mantuvieron unos momentos en la plaza, antes de volver al autobús que los llevó de vuelta al estadio Santiago Bernabéu, donde tenían previsto continuar la fiesta en compañía de sus familias.
Los hinchas merengues empezaron a acudir hacia la céntrica fuente madrileña nada más terminar el encuentro en Pamplona para comenzar a festejar el trigésimo primer título liguero blanco, a la espera de que llegara el equipo. "Esta victoria la esperábamos desde el domingo pasado y finalmente ha sido hoy. La merecíamos", declaró a la AFP Fernando, envuelto en una bandera del Real Madrid. "Ha sido una victoria muy sudada, un título que ha costado mucho y nos va a permitir recuperar nuestro orgullo", consideró su amigo Diego, que portaba una camiseta con el nombre del portero Iker Casillas.
"Aquí, en un campo difícil, hemos ganado de manera heroica", aseguró el presidente blanco, Ramón Calderón, quien destacó que el "equipo ha demostrado carácter" para remontar un resultado adverso a siete minutos del final del encuentro.
El Osasuna logró adelantarse en el marcador con un penalti transformado por Pachi Puñal en el minuto 83, pero cuatro minutos después empataba Arjen Robben y dos minutos más tarde, al filo del final, Gonzalo Higuaín marcaba el gol de la victoria y de la Liga.
"Es una alegría inmensa porque es muy difícil mantener un título", añadió Calderón, mientras el defensa Sergio Ramos destacó que "el equipo ha luchado hasta el último minuto". "Es el objetivo que teníamos", recordó el defensa argentino Gabriel Heinze, antes de afirmar que es un triunfo y una Liga "para todos, que todo el Madrid lo festeje".
"Es un final bonito", dijo el entrenador blanco, Bernd Schuster, en la rueda de prensa posterior al encuentro, en la que aseguró que es un momento de "felicidad". El técnico alemán, que logró así su primer título liguero como entrenador, afirmó que "si alguien se merecía ganar éramos nosotros" y dejó entrever que encara con mucha más tranquilidad el gran clásico liguero el próximo miércoles frente al FC Barcelona en Madrid.
Los hinchas aguardaron la llegada de su equipo durante tres horas en medio de cánticos y consignas como "¡Campeones!" o "es polaco el que no bote es, es", en referencia a los aficionados del FC Barcelona, al que el Madrid se enfrentará el próximo miércoles.
El equipo merengue llegó a bordo de un autocar descubierto, de color blanco y con el lema '31 Ligas', sobre las 02H55 a la Plaza de Cibeles, donde les esperaban los millares de aficionados. El equipo había llegado sobre la 01H30 al aeropuerto de Madrid, procedente de Pamplona, en su avión privado, en el que había seguido la fiesta.
Los jugadores, entre ellos el héroe de la jornada y autor del gol de la victoria blanca ante el Osasuna, el argentino Gonzalo Higuaín, envuelto en la bandera de su país, se acercaron entre gritos de "¡Campeones, campeones!" hasta la mítica fuente, protegida para la ocasión con un importante despliegue policial.
El monumento fue rodeado por vallas, en las que se podía leer 'Gracias afición', y una pasarela por la que los jugadores bailaron y botaron animando a los aficionados, encabezados por su capitán, Raúl González, al que los hinchas aclamaron con gritos de "¡Raúl selección!". El delantero blanco no parece contar en los planes del seleccionador Luis Aragonés, que no lo ha vuelto a convocar desde septiembre de 2006.
"La gente es increíble, para eso jugamos, por ellos", afirmó el delantero holandés, Ruud Van Nistelrooy, mientras por la megafonía de la plaza sonaba el 'We are the champions', de Queen, y sobre el palacio de Correos, contiguo a la fuente de Cibeles, se proyectaba un juego de luces con el escudo del Real Madrid.
El momento culminante llegó cuando Raúl, envuelto en la bandera española y del Real Madrid, se acercó hasta la estatua de la diosa Cibeles para ponerle al cuello la bufanda del Real Madrid, cubrirla con la bandera que él mismo llevaba, y ponerle en las manos una enseña del equipo blanco, acompañado por los acordes del himno del Real Madrid.
Tras el 'homenaje' a Cibeles, los jugadores aún se mantuvieron unos momentos en la plaza, antes de volver al autobús que los llevó de vuelta al estadio Santiago Bernabéu, donde tenían previsto continuar la fiesta en compañía de sus familias.
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