El Zenit San Petersburgo ha sido sancionado por la Unión de Fútbol de Rusia (UFR) con la derrota técnica por 3-0 en el partido que el pasado sábado le enfrentaba al Dinamo de Moscú y que fue suspendido después de que uno de sus aficionados lanzara un petardo que hirió en un ojo al portero rival.
Además, el campeón de la liga rusa tendrá que pagar una multa de más de un millón de rublos (algo más de 27.000 euros) y disputar a puerta cerrada los dos próximos partidos en casa, en el estadio Petrovski de la antigua capital de los zares.
Este último castigo es especialmente importante debido al calendario de liga, ya que los dos próximos equipos que visitarán San Petersburgo son el líder de la liga, el CSKA Moscú, y el segundo clasificado, el Anzhí.
El Dinamo también fue castigado con una multa de poco más de medio millón de rublos (15.000 euros) y disputará su partido de casa ante el Rubín Kazán sin público
Así lo ordenó el comité disciplinario de la UFR, que anunció su decisión después de que el primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, afirmara esta semana que los delitos en los estadios no deben quedar impunes.
"Por este tipo de delitos hay que meter (a los culpables) en la cárcel: no debe haber impunidad", dijo Medvédev, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti, en una reunión con la plana mayor del Gabinete de Ministros.
A causa del explosión del petardo, el guardameta del equipo moscovita, Antón Shunin, que ganaba 1-0 al Zenit, sufrió quemaduras en la córnea.
Ante estos hechos, el árbitro del encuentro, correspondiente al decimosexta jornada de la liga rusa y que se disputaba el estadio Jimki, en las afueras de Moscú, suspendió el partido en el minuto 37 de la primera parte.
El petardo salió desde una tribuna ocupada por aficionados del Zenit, cuya afición es la más fiel del país, pero también la más conflictiva, tanto por su agresividad como por sus cánticos racistas.
"Se trata de un delito cometido con premeditación y se ha incoado una causa penal, pero hay que preparar una enmiendas (a la legislación) para prevenir estos delitos", subrayó Medvédev.
Confirmada la derrota ante el Dinamo, el Zenit, que ayer fue eliminado de la Liga de Campeones tras empatar en casa ante el Málaga (2-2), es tercero en liga con 33 puntos, a seis del CSKA y a uno del Anzhí del holandés Guus Hiddink.
El Zenit no gana para disgustos este año: uno de sus puntales, Ígor Denísov, estuvo un mes sin jugar después de negarse a saltar al campo para mostrar su desacuerdo con el fichaje por 100 millones de euros del brasileño "Hulk" (Oporto) y el belga Witsel (Benfica).
La violencia en los estadios es un gran motivo de preocupación para las autoridades rusas, máxime con la importancia que concede a este problema la UEFA y el hecho de que Rusia organizará por vez primera la Copa Mundial en 2018
Este último castigo es especialmente importante debido al calendario de liga, ya que los dos próximos equipos que visitarán San Petersburgo son el líder de la liga, el CSKA Moscú, y el segundo clasificado, el Anzhí.
El Dinamo también fue castigado con una multa de poco más de medio millón de rublos (15.000 euros) y disputará su partido de casa ante el Rubín Kazán sin público
Así lo ordenó el comité disciplinario de la UFR, que anunció su decisión después de que el primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, afirmara esta semana que los delitos en los estadios no deben quedar impunes.
"Por este tipo de delitos hay que meter (a los culpables) en la cárcel: no debe haber impunidad", dijo Medvédev, citado por la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti, en una reunión con la plana mayor del Gabinete de Ministros.
A causa del explosión del petardo, el guardameta del equipo moscovita, Antón Shunin, que ganaba 1-0 al Zenit, sufrió quemaduras en la córnea.
Ante estos hechos, el árbitro del encuentro, correspondiente al decimosexta jornada de la liga rusa y que se disputaba el estadio Jimki, en las afueras de Moscú, suspendió el partido en el minuto 37 de la primera parte.
El petardo salió desde una tribuna ocupada por aficionados del Zenit, cuya afición es la más fiel del país, pero también la más conflictiva, tanto por su agresividad como por sus cánticos racistas.
"Se trata de un delito cometido con premeditación y se ha incoado una causa penal, pero hay que preparar una enmiendas (a la legislación) para prevenir estos delitos", subrayó Medvédev.
Confirmada la derrota ante el Dinamo, el Zenit, que ayer fue eliminado de la Liga de Campeones tras empatar en casa ante el Málaga (2-2), es tercero en liga con 33 puntos, a seis del CSKA y a uno del Anzhí del holandés Guus Hiddink.
El Zenit no gana para disgustos este año: uno de sus puntales, Ígor Denísov, estuvo un mes sin jugar después de negarse a saltar al campo para mostrar su desacuerdo con el fichaje por 100 millones de euros del brasileño "Hulk" (Oporto) y el belga Witsel (Benfica).
La violencia en los estadios es un gran motivo de preocupación para las autoridades rusas, máxime con la importancia que concede a este problema la UEFA y el hecho de que Rusia organizará por vez primera la Copa Mundial en 2018
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