Volvió a quedar demostrado. Los ultras están con José Mourinho. En un día especial, en el que cualquier muestreo sobre la realidad de la masa social poco tendría que ver con la realidad, el grupo radical del Real Madrid, ellos sí que acudieron a la cita ante el Alcoyano en Copa, volvieron a dejar patente que apoyan al técnico portugués con el que comparten sus formas y su manera de dirigir al equipo. Anoche, y cuando más tedioso se ponía el partido, el fondo sur del Santiago Bernabéu se volcó con el entrenador animándole con desigual respuesta de un más que especial estadio madridista repleto de no habituales ya que pocos abonados se encontraban ayer en la grada.
Hasta en cuatro ocasiones se arrancaron animando a Mourinho y declarando públicamente que están con el técnico. En la primera el silencio del resto del estadio fue la respuesta, creciendo la división de opiniones según avanzaban los gestos de ánimo hacia el entrenador procedente del fondo sur. El gol de Di María sirvió de revulsivo y ya con el marcador a favor los gritos a favor de Mourinho sí que se impusieron a la censura que apareció por alguno de los rincones del Bernabéu.
El ex del Inter siempre ha defendido el apoyo recibido desde el fondo sur comparándolo con el resto de la grada del Bernabéu y siempre que pueden responden con ánimos dirigidos al dueño del banquillo blanco. Incluso ha destacado la labor de los Ultras lejos del estadio cuando son los únicos que acompañan al equipo. Amor correspondido. "Está claro que la afición del Real Madrid está con Mourinho", declaró Emilio Butragueño a Canal Plus.
Los tantos de Callejón cambiaron por completo la fisonomía de la grada del recinto madridista confirmando, una vez más, que cuando hay victorias, aunque sean ante un Segunda B como el Alcoyano y con la eliminatoria resuelta, la fiesta se lleva a todo por delante y el tres a cero final lo volvió a demostrar. Gritos, ánimos y júbilo de parte de los seguidores blancos, más dispuestos que nunca a la fiesta. En el resto del partido, destacar que Mourinho volvió a castigar a Modric, Özil y Kaká. A los dos primeros haciéndoles jugar los noventa minutos y al tercero dejándolo en la grada. El Real Madrid hace aguas en el centro del campo. Y en la zona noble del Bernabéu lo saben.
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