Catorce policías y docenas de aficionados resultaron heridos, entre los cuales cuatro fueron detenidos, antes del Hanóver-Brunswick (0-0), el viernes en partido adelantado de la duodécima jornada de la liga alemana.
Las fuerzas de policía, reforzadas para la ocasión, recurrieron a cañones de agua, a porras y a gases lacrimógenos para tener a distancia a los aficionados de ambos equipos antes de este primer derbi de la Baja Sajonia desde 1976.
"Gracias a esta intervención, logramos tener separados a ambos grupos y evitar que la situación se agravara", explicó Guido Cyrson, portavoz de la policía local.
Unos 850 hooligans, con fama de "violentos" o "alborotadores", fueron identificados antes del partido.
El partido también estuvo marcado por la utilización de bengalas y algunas fueron lanzadas al césped.
"Es vergonzoso, este tipo de comportamiento es inaceptable", se lamentó Martin Kind, el presidente del Hanóver.
"La cuestión es saber cómo tantas bengalas pudieron entrar en el estadio. Habrá que hablar de ello. Esto no puede continuar así", señaló.
Le Federación Alemana (DFB) iba a abrir una investigación.
Según una reglamentación impuesta la temporada pasada en la Bundesliga, los clubes pueden registrar a los aficionados sospechosos de transportar material pirotécnico.
Pero los incidentes ligados a las bengalas son moneda corriente. Fueron el origen del retraso del inicio en el derbi del Ruhr entre Schalke 04 y Borussia Dortmund, el 26 de octubre.
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