Premio a la afición. Así es como titula el Villarreal CF en su própia página web la iniciativa que inagura los acontecimientos del partido que el club quiere regalar a los seguidores groguets. Es el adelanto de la jornada de fiesta en honor a la afición. Se realizarán diferentes actividades para los aficionados y abonados del club, con la intención de colgar el cartel de "No quedan entradas" de cara al próximo fin de semana y apoyar al equipo, que necesita sumar de tres en tres para seguir la lucha con una Real Sociedad que ganó al FCBarcelona en Anoeta y de un Athletic Club que no está perdiendo puntos. El equipo necesita hacer del Madrigal un fortín y no conceder puntos en lo que resta de Liga; y qué mejor forma de hacerlo que con el apoyo de la grada.
El regalo: una entrada
El club obsequiará a los aficionados que asistieron al partido contra el Celta con una entrada adicional. Las localidades, limitadas a una por pase, se entregarán al presenter el carnet y corresponderán a la zona del abono. Se trata de unas localidades limitadas y que se entregarán hasta conseguir la finalidad de la iniciativa: completar el aforo de El Madrigal. Se podrán retirar a partir de mañana en la tienda oficial del club, que será el único punto de recogida. Tienda situada en la Calle Blasco Ibáñez, número 5. El horario será de 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 20.00, excepto el Sábado, que será de 10.00 a 13.30. El mismo día del partido, estará abierta dos horas antes del choque.
Así el club empieza a preparar los acontecimientos después de que la LFP premiara al Villarreal y reconociera públicamente a través de su presidente (Javier Tebas), que la cordura de los aficonados evitó una catástrofe: "He visto las fotos de cómo abandonaban el campo con la cara tapada y algunos niños vomitando. La cordura de los aficionados del Villarreal evitó un Madrid Arena. Evitó una catástrofe. Recordemos que en el Madrid Arena sacaron una bengala y aquí era un bote de gas lacrimógeno".
"Football Spectators Act" y "Informe Taylor"
Es complicado no pensar en las tragedias de Heysel o Hillsborough cuando se trata de avalanchas de aficionados o de tensión en un campo de fútbol. La tragedia de Heysel (1985), ocurrió en la final de la Copa de Europa que enfrentó a Liverpool y Juventus en Bruselas. La organización del partido separó a las dos aficiones, pero coincidieron aficionados de los dos equipos en las zonas con entradas para aficionados belgas, y la tensión se desencadenó rápidamente. En ese partido murieron 39 personas, debido a asfixiamiento y asfixia, la gran mayoría seguidores del equipo italiano.
La segunda gran tragedia no se hizo esperar y ocurrió en 1989, en un partido de Copa Inglesa, y también con el Liverpool como implicado. El partido enfrentaba al Nottingham Forest de Brian Clough con el Liverpool, en el estadio de Sheffield. El mal estado del estadio y las graderías, ayudados por un exceso de aforo, acabó dando el resultado de 96 personas fallecidas por aplastamiento y a causa de una avalancha. Una de esas 96 personas era un niño de 9 años, primo de Steven Gerrard, actual capitán del Liverpool. Se recuerda como la tragedia de Hillsborough.
Esta última tragedia se convirtió en el detonante para que el gobierno de Margaret Thatcher actuara con contundencia y redactara el "Football Spectators Act" y el "Informe Taylor", para erradicar el "hooliganismo" y mejorar la seguridad de los estadios. Y aunque en 2002 se supo finalmente que la policía era la principal responsable de los incidentes de 1989, la investigación y las medidas del Gobierno británico permitieron avanzar en la seguridad de los aficionados con varias novedades. Los estadios debían tener asientos, eliminando las localidades de pie, se eliminaron las vallas de seguridad alambradas, se mejoraron los accesos para evacuar los estadios en caso de emergencia y se instalaron cámaras de vídeo, entre otras medidas.
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