Este martes, la UEFA ha anunciado el castigo impuesto a la Federación Serbia de Fútbol, el CSKA de Moscú y el Apollon Limassol por el comportamiento poco cívico de sus aficionados en competiciones internacionales. Esos castigos consisten en cerrar las secciones para los aficionados locales en sus estadios.
Serbia fue castigada por gritos racistas escuchados por una árbitro asistente durante un partido frente a Bélgica en noviembre. Por eso, la Federación Serbia deberá desplegar una gran pancarta de al menos 20 x 15 metros con la frase 'No al Racismo', además de los logos de la UEFA y la FARE. Esa pancarta se exhibirá en el próximo partido de la selección sub-21. Por si esto fuera poco, el capitán de la selección tiene la obligación de hacer un anuncio público en el centro del campo mostrando su rechazo, y por consiguiente el de todo el equipo nacional, al racismo.
El CSKA Moscú, por su parte, tendrá que jugar su próximo partido internacional a puerta cerrada y pagar 50.000 euros de multa por los símbolos racistas y de extrema derecha, los cuales mostraron sus aficionados ante el FC Viktoria Plzeň hace dos meses. El club ruso ya fue anteriormente expedientado, y por tanto, es reincidente.
El último club penalizado es el Apollon, que deberá cerrar las dos preferencias de su estadio por gritos racistas de sus aficionados contra Dossa Júnior, del Legia. Esto ocurrió en diciembre y las ofensas han dado la vuelta al mundo.
Con estas sanciones la UEFA pretende cortar de raíz los actos violentos y racistas, así como mostrar tolerancia cero con los clubes que lo permiten. "Todas las formas de racismo se consideran delitos graves contra el reglamento disciplinario y son castigadas con las sanciones más severas" dice UEFA en su comunicado. "Tras la entrada en vigor del nuevo reglamento disciplinario el 1 de junio de 2013, la lucha contra el racismo ha subido uno nuevo peldaño con sanciones más severas para disuadir este tipo de comportamiento".
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