Siete aficionados radicales del Sporting de Gijón se sentarán en las próximas semanas en el banquillo de los acusados de un juzgado de lo penal de la ciudad acusados de protagonizar una violenta trifulca que tuvo lugar en el estadio de El Molinón en mayo de 2013 durante un partido que enfrentaba al equipo local con el Córdoba. El magistrado que ha instruido hasta ahora la investigación del caso asegura que hay pruebas suficientes para procesar a siete de los ocho jóvenes que fueron detenidos en su día por estos hechos. Los ultras llegaron incluso durante la pelea a agredir a tres vigilantes de seguridad del estadio.
El juzgado y la Fiscalía acusan a los siete procesados de un delito de desórdenes públicos al que el presunto cabecilla de este violento grupo suma las imputaciones por un delito de atentado contra agente de la autoridad y las faltas de daños y lesiones. Los radicales podrían enfrentarse, dadas estas acusaciones, a penas que varían entre uno y cuatro años de privación de libertad.
Fuentes jurídicas cercanas a este caso señalan que la importancia del procedimiento radica en que es la primera vez que muchos de estos jóvenes violentos se sentarán en el banquillo de los acusados después de que los juzgados paralizaran dos investigaciones que se seguían contra algunos de los ahora procesados al no contar con pruebas suficientes para imputar a los detenidos. La pelea con los aficionados del Sevilla que tuvo lugar en las calles de La Arena y la que protagonizaron los ultras contra radicales del Génova en el verano de 2011 en el "kilometrín" quedaron impunes. Ahora, gracias a la investigación y a las grabaciones de las cámaras del estadio que permiten la identificación de los autores de la trifulca, los ultras podrían ser condenados a varios años de cárcel además de ser obligados a afrontar una indemnización a favor de los tres vigilantes que resultaron heridos.
Los hechos que ahora llegan a las salas penales después de una larga investigación tuvieron lugar en mayo del pasado año. La Policía aseguró en su día que los problemas habían comenzado en el minuto 20 de la segunda parte del partido que el Sporting de Gijón jugaba contra el Córdoba, cuando un grupo de aproximadamente unas 200 personas "comenzaron a desplazarse en masa lateralmente con el consiguiente riesgo para el resto de los asistentes". Los radicales lanzaron varios objetos a los agentes y se dirigieron tras el partido al garaje del estadio agrediendo a tres vigilantes de seguridad que les impedían el paso.
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