La visita de los ultras de Olympique de Marsella, además de dejar un reguero de pequeños destrozos en la calle Doctor Areilza de Bilbao, ofreció una imagen nada recomendable de San Mamés. La esquina superior sureste, en la que se alojaba la hinchada francesa, se tiñó de humo en dos ocasiones: al principio del partido, cuando los equipos saltaron al césped y tras el gol de Batshuayi que igualaba la eliminatoria.
Algo falló en los sistemas de seguridad de la Catedral para que los ultras marselleses introdujeran bengalas en el campo, algo que está totalmente prohibido por la UEFA y que con toda seguridad le costará una sanción económica a ambos clubes.
¿Cómo consiguieron burlar los cacheos del personal de seguridad de San Mamés? La respuesta, al parecer, está en el sujetador de algunas aficionados. Allí fue donde los ultras del Marsella escondieron las bengalas que posteriormente encendieron en el interior del estadio. Esa es la conclusión a la que han llegado los responsables de seguridad que trabajan en San Mamés los días de partido.
El protocolo de prevención exige que haya cacheos en todas las puertas y normalmente estos son más exhaustivos en las zonas en las que se prevé que entren aficionados radicales, en este caso la asignada a los seguidores visitantes. «A los hombres, les cacheamos hasta en los genitales», explica uno de estos vigilantes. Sin embargo, el personal femenino en la seguridad es escaso, por lo que los cacheos a las mujeres han de ser más superficiales.
A esta dificultad, se suma el tamaño de las bengalas. No eran tubos del tamaño de un botellín de agua, como suele ser habitual. El tamaño de las que llevaban los ultras del Olympique de Marsella eran de apenas 10 centímetros, como un dedo índice. «Las grandes suelen ser de color rojo. Éstas eran amarillas, más pequeñas y fáciles de comprar», cuenta uno de los vigilantes. Eso provoca que se puedan esconder tranquilamente en la varilla de un sujetador sin levantar ninguna sospecha.
Para evitar que una situación así se vuelva a repetir, los responsables de la seguridad de los accesos tienen previsto reclamar más presencia de mujeres en los dispositivos. Además, sopesan plantearle al Athletic la posibilidad de habilitar una sala para realizar cacheos más exhaustivos a mujeres, con mayor intimidad. En el Athletic están a la espera de lo que pueda dictaminar la UEFA, aunque asumen que es posible que reciban una sanción económica. El precedente más cercano en España es el Atlético-Benfica de la pasada Liga de Campeones, con lanzamiento de bengalas por parte de los aficionados lisboetas. El Benfica recibió una sanción de 20.000 euros y la amenaza de cerrar su estadio durante un partido. El Atlético, por su parte, tuvo que pagar 11.000 euros por el bloque de unas escaleras y eximió al club madrileño de cualquier otra responsabilidad.
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