Sigue la polémica en torno a la expulsión del Reus de Rubén Sánchez, hasta el pasado sábado componente del Juvenil B de dicho club, por llevar una camiseta del Nàstic el día en que se enfrentaba a su por entonces equipo en un derbi histórico por inédito en LaLiga 1|2|3.
"Es muy fuerte, indignante. Han echado a mi hijo como a un perro, de muy malas formas", se queja el padre del jugador en La Vanguardia. Junto a un grupo de aficionados del Nàstic, club del que su hijo es socio, este se desplazó al Estadi Municipal. "Dejó su entrada libre como jugador de las categorías inferiores del Reus y se fue a Tarragona para hacer horas de cola y comprarse una entrada por 40 euros", detalla Ginés, que explica también que Rubén sólo mostró su camiseta del Nàstic dentro del estadio.
Tras ello llegaría el fin de Rubén como jugador del Reus, por el que había fichado este mismo verano. Algo había cambiado, algo que él mismo notó en su propio partido, en el que salió a falta de pocos segundos, mientras en la jornada anterior había sido clave con dos goles. Llorando, a la salida del campo, dio la noticia que nunca hubiera querido contar: "Me han echado".
Así lo desvela su padre: “Una vez Rubén salió de la ducha, le esperaban los dos coordinadores del Reus. Completamente solo, le dijeron que era un impresentable porque le habían visto en el estadio y que ya podía devolver la ropa. Estaba expulsado del club”, recuerda. “Es un chaval de 17 años y tiene derecho a equivocarse. Ya pidió perdón incluso a través de Facebook, pero él no ha matado a nadie. ¿Qué quieren, fusilarlo en una plaza?”, sigue lamentando. “Mi hijo estaba solo y aparecieron los coordinadores en el vestuario como si fueran unos matones. Si quieren echarlo, nos pueden llamar a las oficinas y acataremos las reprimendas, pero un club tan serio como el Reus no puede hacerlo así”, zanja.
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