Sin duda alguna, lo mejor que se puede rescatar del partido entre el Leicester y el Sevilla fue el ambiente antes, durante y después del choque por parte de las dos aficiones. Ya en la ida la relación fue excelente. En la vuelta, salvo el punto negro que unos cuantos pusieron, todo estuvo dentro de la normalidad.
Al mal partido que el los de Sampaoli cuajaron sobre el verde del King Power Stadium, la afición del Sevilla respondió con cánticos desde el principio hasta el final del encuentro. El choque tuvo un ambientazo y en esa atmósfera el sevillismo se siente cómodo. 2.000 hinchas hispalenses coparon las gradas del estadio inglés.
Cuando el pitido final sonó, a la desgana, la frustración y la decepción estaban presentes en la grada sevillista del King Power Stadium. No obstante, mientras los seguidores nervionenses abandonaban sus asientos, los cánticos no paraban sonar en un estadio teñido por el color azul de las gradas vacías. La afición del Sevilla volvió a dar la cara a pesar de que el equipo no acompañara.
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