La Champions regresa hoy al estadio del Manchester City y, con ella, ese himno que todos los futbolistas anhelan escuchar y que pone los pelos de punta a los aficionados de toda Europa. Pero las escena no es igual de solemne en todos los campos que tienen la fortuna de albergar la máxima competición continental. El Etihad Stadium es precisamente una excepción. En el feudo del Manchester City, el himno de la Champions es sonido non grato desde hace ya varias temporadas y es pitado en cada previa.
Las razones del boicot de la afición del City se remontan a un partido fuera de casa en la temporada 2014-2015. El conjunto inglés visitaba en un encuentro a puerta cerrada al CSKA Moscú, equipo sobre el que pesaba una sanción por manifestaciones de racismo de sus aficionados. Varios cientos de aficionados habían adquirido la entrada al partido con anterioridad a la sanción y viajaron a Rusia, donde se encontraron con la negativa de la UEFA a permitirles el acceso. Sí pudieron hacerlo unos 360 aficionados locales provistos de entradas VIP o cedidas por patrocinadores.
Aquello causó la indignación de la hinchada skyblue, que promovió una pitada al himno de la Champions que secunda desde entonces una afición, la del City, molesta también por la multa impuesta por la UEFA en mayo de 2014. El club de Manchester fue sancionado entonces con el pago de 60 millones de euros y la restricción en la inscripción de jugadores por incumplir el fair play financiero del organismo rector del fútbol europeo.
A Guardiola no le gusta la pitada
Años después, la protesta perdura en un Manchester City que ha cambiado mucho desde entonces, empezando por su entrenador. Guardiola asistió atónito a la escena el año pasado en sus primeros partidos como técnico del City. Pep habló de ello tras el primer partido de Champions la temporada pasada y pidió a sus aficionados que cesara la pitada al himno. "Yo no estaba aquí cuando comenzó el enfado, pero la gente debe olvidar lo que ocurrió en el pasado. Estamos aquí para hacer historia y para que la gente hable de nuestro club", comentó tras el partido contra el Gladbach.
Mientras Guardiola hacía un llamamiento a la calma, la prensa británica pedía que continuaran las pitadas y le añadían un nuevo argumento: la reforma del cálculo del ranking UEFA anunciada el año pasado (aún sin concretar). Una modificación que beneficiaría a los clubes con palmarés y penalizaría a aquellos, como el Manchester City, sin un gran bagaje histórico en Europa.
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