Pese a la reunión de estrellas y al tempranero tanto de Neymar para adelantar a su equipo, la primera imagen llamativa del PSG-Bayern llegó desde la grada del Parque de los Príncipes.
Fue, en concreto, debido a una pancarta desplegada por los aficionados que viajaron a apoyar a los hombres de Ancelotti a París: "¿75 € la entrada? Nosotros no somos Neymar. El precio de las entradas debe ser razonable", se podía leer en la misma.
Esta fue la forma elegida por la hinchada muniquesa para señalar despectivamente el precio de las entradas y, de paso, la política de fichaje del PSG, que ha arrasado este verano con el fichaje de Neymar y la compra 'en diferido' de Mbappé.
"¿75€ por una entrada? No somos Neymar, los precios de las entradas deben ser razonables", se podía leer en una serie de pancartas desplegadas por los hinchas muniqueses en la esquina del Parque de los Príncipes que ocuparon.
Y es que la Bundesliga se caracteriza por llenar semana tras semana los estadios de sus equipos, les visite quien les visite. Y eso lo logran con unos precios más que asequibles, muy razonables.
Incluso en la Champions, la política de los clubes germanos es no abusar de la importancia de los partidos, no cobrar al aficionado un precio desproporcionado por disfrutar del espectáculo.
Por eso, cada vez que los aficionados alemanes viajan con su equipo por Europa, se indignan, y de qué manera, cuando ven que los precios duplican o triplican lo esperado.
Incluso llegaron a protestar por el precio de las entradas en Inglaterra, otro país famoso por su fútbol a precios populares, lo que se traduce en estadios llenos, pero que quizá abuse del aficionado en las grandes citas.
"¿75€ por una entrada? No somos Neymar, los precios de las entradas deben ser razonables", se podía leer en una serie de pancartas desplegadas por los hinchas muniqueses en la esquina del Parque de los Príncipes que ocuparon.
Y es que la Bundesliga se caracteriza por llenar semana tras semana los estadios de sus equipos, les visite quien les visite. Y eso lo logran con unos precios más que asequibles, muy razonables.
Incluso en la Champions, la política de los clubes germanos es no abusar de la importancia de los partidos, no cobrar al aficionado un precio desproporcionado por disfrutar del espectáculo.
Por eso, cada vez que los aficionados alemanes viajan con su equipo por Europa, se indignan, y de qué manera, cuando ven que los precios duplican o triplican lo esperado.
Incluso llegaron a protestar por el precio de las entradas en Inglaterra, otro país famoso por su fútbol a precios populares, lo que se traduce en estadios llenos, pero que quizá abuse del aficionado en las grandes citas.
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