La reacción de la afición fue de tremenda indignación. La frustración de alguno llegó hasta tal punto que cuando el defensa Antonio Rüdiger se acercó a la grada para disculparse ante los hinchas, uno de ellos le lanzó su carnet de socio.
Las redes sociales pronto viralizaron ambos gestos: el pacificador discurso del jugador y cómo un miembro de seguridad recogió la tarjeta del césped. Muchos admiraron el gesto de Rudiger, otros, sin embargo, condenaron el poco juego visto en el campo.
No obstante, la afición no fue la única en mostrar su enfado tras el encuentro. El entrenador del Chlesea, Maurizio Sarri, no saludó a Pep Guardiola al terminar el partido y dirigirse al túnel de vestuarios. Ante la omisión, el técnico catalán se conformó con saludar al resto del equipo técnico.
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