El miércoles de la semana pasada, el Liverpool jugaba su partido de Premier aplazado en campo del West Ham. 0-2 de los de Klopp que servía -en ese momento- para ponerse 19 puntos por arriba en la clasificación. Un trámite más para los del Liverpool. Un partido que no iba a pasar a la historia... hasta que ha trascendido el caso de Cameron Robson, aficionado del West Ham.
Crítico con la gestión de los dueños de su club, David Sullivan, David Gold, y del vicepresidente ejecutivo Karren Brady, el aficionado de 23 años se presentó a los aledaños del estadio con una bandera de su equipo y luciendo una camiseta dónde ponía “GSB, out”. G de Gold, S de Sullivan y B de Brady.
Automáticamente, quien quedó fuera del estadio fue él. Los ‘stewards’ le invitaron a alejarse de la zona y le prohibieron la entrada al estadio por su camiseta crítica con los dueños y la presidencia del club londinense. Pero el caso de censura a la libertad de expresión no terminó ahí.
Como el socio Robson había colgado sus mismas críticas en las redes sociales, el West Ham le ha comunicado que no podrá asistir a ningún otro partido del equipo durante la temporada, ni en el London Stadium ni cuando su equipo juegue fuera. Un tiro al pie del propio West Ham. La injusticia se ha hecho viral.
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