Ayer liberaron 18 de los 38 hinchas de River que fueron arrestados el domingo en cancha de Vélez como consecuencia de los serios incidentes que protagonizaron las denominadas «Banda de Gonzalo» y «Banda del Oeste» en una lucha por quedarse con el poder y el botín que se reparten los violentos. Los detenidos (todos mayores de edad) están alojados en la Comisaría 44ª y están acusados de infracción a la ley de Deportes, atentado y resistencia a la autoridad y lesiones en riñas. El caso quedó en manos del Juzgado Nacional de Instrucción N° 45, a cargo de la doctora Fontbona de Pombo, Secretaría N° 122 de la doctora Lilian García.
En tanto, mientras todos intentan «lavarse las manos» y echarle la culpa al otro, nadie hace ningún atisbo de renuncia y una persona llamada Juan José Paz -de 39 años-agoniza en el hospital Fernández, Anoche en AFA trascendió que se suspendería por tres jornadas el estadio Monumental y además River recibiría una sanción económica. Risible, porque una medida mínima, leve, para intentar erradicar la violencia de las canchas argentinas parece extremadamente escasa. «Hemos hecho todo lo que nos pidió el Comité de Seguridad, la Policía y derechos de admisión, pero en la tribuna no vi ni a uno de los ochocientos y pico de uniformados que pagó River para encargarse de la seguridad», expresó Domingo Díaz, vicepresidente de la institución. El subcomisario de la Seccional 44ª, Walter Martínez, ni bien finalizó el partido se había defendido diciendo: «Hubo algunos incidentes en la popular de River.
Todo el público fue revisado intensamente e ingresaron con sus entradas y carnet de socios...». Como siempre, para la Policía, el operativo fue positivo. Pero cómo no serlo si hasta el subsecretario de Seguridad en el fútbol, Javier Castrilli, pidió que la gente debe creer en las versiones oficiales respecto de las causas de las lesiones que sufrieron los heridos en el estadio de Vélez. «Vamos mal si de movida no le creemos a la Policía. Se dice que hubo un ataque de epilepsia en la puerta (Juan José Paz) y se lo mezcla al herido con el que fue golpeado adentro», se quejó. Asimismo, Castrilli expresó que es muy difícil prevenir cuando las peleas se dan en medio de grandes masas y luego les apuntó al abogado Gustavo Lugones y a las entidades a las que éste representa.
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