Es un gesto poco frecuente en el mundo del fútbol. Su equipo, uno de los grandes favoritos en la categoría, se queda clavado en los tacos de salida mientras ve cómo sus rivales se alejan por la recta y toman una ventaja que costará un esfuerzo extraordinario recuperar. El sportinguismo se moviliza y, en lugar de pedir la cabeza del técnico, reconocen su buen trabajo, su conocimiento y sus métodos modernos aplicados al fútbol. Son los muchachos del fondo sur, los Ultra Boys, muchas veces criticados por cosas que poco tienen que ver con el fútbol, quienes dan un paso al frente y ponen por escrito su apoyo al técnico.
«Manolo necesita apoyo y el mejor apoyo para Manolo somos los sportinguistas», reza la primera de las pancartas que tapan las vallas publicitarias de la tribuna sur, justo por encima del lugar que ocupan habitualmente los ultras rojiblancos. El mensaje continúa en un segundo cartel: «En los días de tormenta, siempre fiel a lo que se ama y a lo que se defiende».
Después de varios días soportando las duras críticas de un ruidoso y minoritario sector del sportinguismo que no alcanza a ver más allá de los resultados, Manolo respiró ayer aliviado al confirmar que también hay quien está a su lado en los peores momentos. El técnico aprovechó las pancartas, cuyo apoyo hizo extensivo a todo el equipo, para pedir a sus futbolistas un grado más de intensidad. Manolo les pidió que correspondan a este gesto logrando la primera victoria de la temporada.
El entrenamiento se celebró a puerta cerrada, pero los portavoces de los Ultra Boys se pusieron en contacto con el club a mediodía para pedir permiso y poder colocar las pancartas en la confianza de que no serían retiradas. Una hora antes del inicio de la sesión ya eran visibles desde cualquier parte del estadio municipal.
En realidad, las pancartas fueron la única noticia agradable de un día en el que se confirmaron los peores augurios. El capitán Alberto Lora se suma a una lista de bajas que tal parece diseñada por un enemigo con ojo clínico. Lora, Mandi, Sergio y De las Cuevas son cuatro de los futbolistas más determinantes de la actual plantilla rojiblanca. Sin ellos sobre el césped el potencial del equipo cae varios puntos, aunque debe alcanzar para lograr el esperado primer triunfo que sirva como punto de arranque para los de Manolo.
Todos los lesionados trabajaron por la mañana con el readaptador Lorenzo del Pozo en Mareo y por la tarde acudieron a El Molinón para, calzados con playeros, asistir como oyentes a la parte del entrenamiento dedicada a la estrategia. Las molestias que Lora padece en los isquiotibiales de su pierna derecha no remitieron y los servicios médicos lo descartaron para el choque del sábado. El viernes será sometido a una resonancia magnética en el Hospital de Begoña para conocer el alcance de su lesión. El único que tiene opciones de recuperarse es Mandi, aunque lleva más de una semana sin entrenarse con normalidad.
Ante la plaga de lesiones y la escasez de efectivos con los que cuenta en la defensa, Manolo citó a dos jugadores del filial que sumaron a los habituales Álex Barrera y Álex Menéndez (Luis Hernández, también lesionado, está descartado para el fin de semana). Alain y Moisés completaron, en el lateral derecho y el centro de la defensa, los veintidós futbolistas necesarios para realizar el partidillo semanal. En principio se trata sólo de cuadrar dos equipos en el entrenamiento crucial de la semana, pero el mensaje es que Manolo está pendiente de ellos.
Por su parte, el entrenador del Alcorcón, José Bordalás, prepara el encuentro ante el Sporting con la única baja del lateral Carlos Expósito, operado de menisco. Quien será baja será el fisioterapeuta Ignacio Pestaña Riesco, sancionado para el encuentro de El Molinón, después de haber sido expulsado por doble amarilla en el partido con el Córdoba.
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