No es la primera vez que el estadio de Vallecas sufre un vistoso sabotaje, aunque sin tanta repercusión y gravedad como ayer. El 23 de abril de 2011, el Rayo se enfrentó a Las Palmas en la jornada 35 de la Liga Adelante y el recinto amaneció con las vallas publicitarias de la empresas de Nueva Rumasa, propiedad de la familia Ruiz-Mateos (dueña aún en esos momentos del Rayo), tachadas con pintura negra y verde. Algunas además, con pintadas amenazantes con spray.
El partido se jugó en sábado, a las 16:00 horas, y el sabotaje tuvo lugar durante la noche del viernes por el grupo ultra Bukaneros, que estaba exigiendo la salida de los Ruiz-Mateos del club vallecano. Aquel día, además, se sucedieron protestas y en una se descolgó un muñeco vestido de presidiario encima del palco de honor.
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