La visita de mañana a San Mamés del primer equipo israelí al que se enfrenta el Athletic en una competición europea trasciende de lo deportivo. Sobre el terreno de juego, los hombres de Marcelo Bielsa tratarán por todos los medios sumar los tres primeros puntos de la liguilla de la Europa League ante el Hapoel Kiryat Shmona, la auténtica cenicienta del grupo en el que han quedado encuadrados los rojiblancos. Pero la visita a la capital vizcaina de este modesto club trasciende de lo deportivo. Su nacionalidad va a marcar la organización de la seguridad del encuentro, donde se espera la llegada de las Fuerzas de Seguridad de Israel para velar por la integridad de los jugadores entrenados por Gili Landau.
La fama de discreción y hermetismo de los agentes israelíes les precede, pero, a buen seguro que los responsables de seguridad encargados de seguir al Hapoel K.S. llevan días preparando el partido de mañana. Un trabajo coordinado por la Ertzaintza, que cuenta con la participación de la seguridad privada del Athletic, y al que hoy, en la reunión habitual que los responsables de que todo transcurra con normalidad durante el partido tienen 24 horas antes del choque, darán los últimos retoques. Según las fuentes del Departamento de Interior consultadas por este periódico, la semana pasada en Viena, en el marco de la Conferencia sobre Seguridad UEFA-UE para la Champions League y Europa League -cita en la que más de trescientos profesionales de los clubes clasificados en las competiciones continentales, y los correspondientes responsables policiales-, los agentes de la Policía vasca que coordinan la seguridad de los de Ibaigane en Europa, que participaron en dos reuniones, tuvieron un breve encuentro con el enviado de Israel al cónclave.
Los dos ertzainas preguntaron al responsable israelí por el séquito de seguridad que iba a acompañar al Hapoel K.S. en su desplazamiento a Bilbao, y el interpelado, como es habitual entre los integrantes de los servicios de seguridad del Gobierno de Tel Aviv, ni confirmó ni desmintió nada, y quedó en aclarar la respuesta a través de la embajada de su país. Pero las mismas fuentes consultadas por este diario, dan por hecho que agentes operativos de Israel aterricen hoy junto a los jugadores que mañana por la noche se medirán a los leones. Los agentes seguirán a los jugadores en todo momento, tanto en el hotel, como en el entrenamiento de hoy y en la jornada de mañana.
Un hecho que tampoco debe sorprender, porque todos los equipos o deportistas israelíes que compiten fuera de sus fronteras siempre lo hacen rodeados de fuertes medidas de seguridad. Tanto las que el propio país que les cobija puede adoptar, como las que vienen de serie desde Israel. Algo que ha confirmado a DEIA un exjugador de la Liga española que ahora se gana los cuartos en la Ligat ha'Al. "Siempre viajamos rodeados de fuertes medidas de seguridad por lo que pueda pasar. Lo controlan todo", apunta.
La actitud que muestran los mandatarios israelíes con los palestinos en su intento de que la comunidad internacional y sus propios vecinos les permitan la creación y el reconocimiento de un Estado propio, así como los lobbys que los empresarios de origen judío han diseminado por todo el planeta, generan la animadversión de muchos ciudadanos ante todo lo que tiene que ver con Israel. Y más allá de que peligre la integridad de los jugadores (algo que no debe preocupar a las Fuerzas de Seguridad israelíes porque Euskadi no es Irán o Egipto, donde la enemistad hacia el pueblo de Israel roza cotas en las que la violencia es una opción), lo que los agentes israelíes buscan evitar, o al menos minimizar, es que las más que probables protestas de algún sector del público superen lo que marca la libertad de expresión.
El propio Athletic, que es consciente de que si algún hincha supera la legalidad puede ver cómo la UEFA lleva a efecto el apercibimiento de cierre que planea sobre San Mamés desde los incidentes de hace dos años contra el Anderlecht, recordó el pasado martes en su página web que está prohibido, entre otras acciones, las arengas o mensajes de carácter ofensivo o provocativos, además de invadir el campo. Sobre este último aspecto andarán vigilantes los integrantes de la seguridad a pie de campo, porque no hay que irse muy atrás en el tiempo para recordar cómo en algunos partidos que el Maccabi de Tel Aviv de baloncesto ha jugado en el Estado español en el marco de la Euroliga, algunos espontáneos han saltado sobre el parqué ondeando la bandera palestina.
Pañuelos palestinos Aunque todavía el frío no aprieta, mañana, muchos partidarios de la causa palestina acudirán a La Catedral ataviados con las habituales bufandas rojiblancas, que combinarán en sus cuellos con las kuflyyas, los tradicionales pañuelos árabes que Yaser Arafat puso de moda durante los años de plomo, en los que los enfrentamientos entre los grupos armados de la OLP y el Ejército israelí dejaron un reguero de sangre que aún continúa.
Los pañuelos palestinos, que con el paso del tiempo han perdido su simbolismo político, potenciando su uso meramente estético, servirán para solidarizarse con el Estado árabe. Y en alguno de los foros del Athletic ya se han empezado a ver mensajes en los que se anima a acudir al partido con banderas y pañuelos palestinos. Pero más allá de las medidas de seguridad, que se llevan con el más absoluto hermetismo, y los mensajes en apoyo de Palestina, lo que debe preocupar a la parroquia rojiblanca es que los de Bielsa retomen la senda que tomaron la temporada pasada en Europa.
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