El centrocampista Óscar Pérez se quedó de piedra el pasado sábado cuando al saltar al campo, en el 81', la Gradona de los malditos, la zona donde se ubican los seguidores más radicales, comenzó a corear ¡"¡Óscar Pérez, hijo de...". No entendió la razón y por eso, al acabar el partido, habló con su capitán, Mario Fernández, hombre de la tierra, en busca de consejo. El guardameta le dio el teléfono de Pablo Rodríguez, el presidente de Juventudes Verdiblancas, para que éste le diera una explicación a lo sucedido. Y se la dio. Según la peña más ruidosa, los jóvenes que tuvieron el jueves pasado un incidente con Fabri acusan a Óscar de haberse mofado de ellos.
El jugador reconoció ayer a AS la conversación y asegura que los hechos de los que le responsabilizan son falsos: "¿Cómo me voy a reír de los seguidores que más nos animan cada domingo y que, además, sé por todo lo que están pasando? Así se lo he asegurado a Pablo y espero que se haya aclarado todo. De todos modos, si por algún malentendido alguien se ha molestado, pido disculpas". La situación de enfrentamiento entre Fabri y Juventudes Verdiblancas parece más difícil de solucionar.
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