Dicen que las alegrías en casa del pobre duran poco. El Eibar se dio cuenta ayer mismo. La celebración por el paso a cuartos quedó un poco enturbiada ayer con la confirmación del horario del encuentro de la próxima ronda. Los armeros deberán jugar el duelo de ida de los octavos de final el próximo martes, día 18, a las 20.00 horas.
A priori puede podría ser una buena hora, la misma en la que eliminaron a los bilbainos, pero el problema viene cuando miras el fin de semana. Parece mentira que un club que debe comparecer en Ipurua el domingo (17.00 h.) para enfrentarse al Lleida en el partido correspondiente a la decimoséptima jornada de liga, tenga solo 48 horas para preparar un partido tan histórico como el del Málaga.
La noticia no ha sentado nada bien en el propio club, que deberá resignarse una vez más. Ya sucedió en el encuentro de ida de la pasada eliminatoria. Los armeros recibieron a los rojiblancos un jueves y tuvieron que medirse al Sanse el sábado a las 18.00 horas. Claro, era un encuentro televisado. Los continuos problemas con las televisiones colmaron la paciencia de la afición armera, y la Peña Eskozia se mostró una pancarta muy significativa; "LFP, TV, el fútbol no es vuestro", decía. Con razón.
A pesar de los problemas la directiva ha decidido compensar a una afición que necesitaba una alegría como la vivida en San Mamés para volver a engarcharse al equipo. Cada socio podrá retirar su entrada a diez euros, mientras que los socios infantiles podrán hacerlo a mitad de precio. Eso sí, todo socio podrá retirar una entrada adicional por diez euros. Una medida que seguro llenará Ipurua.
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