La Premier League se toma muy en serio las normas de seguridad para evitar tragedias sucedidas en el pasado como la de Hillsborough. Por ello, en los estadios ingleses hay una 'zona de canto' destinada a los aficionados más ruidosos, los que ponen la nota de color en los partidos de la Premier con sus cánticos, y otra para el público general, en el que es obligatorio permanecer sentado.
38 aficionados del Sunderland fueron trasladados de la zona de canto a la general, algo a lo que estos se negaron manteniéndose durante todo el partido de pie, lo que ha llevado al departamento de seguridad del club a tomar medidas drásticas, con la suspensión de sus abonos durante varios partidos, aún por determinar.
El responsable de seguridad del Sunderland, Paul Weir, declaró al respecto: "No queremos estropear la diversión de ningún aficionado, queremos una grada que vibre con el partido, pero tenemos que seguir unas normas de seguridad y unas normas legarles que cumplir. Queremos asegurar una experiencia segura para todos".
El Sunderland se encuentra en la zona media baja de la Premier League, por lo que cualquier ayuda extra por parte de los aficionados es necesaria para los jugadores de Martin O'Neill. Eso sí, cumpliendo la normativa de seguridad.
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