Sólo era él apoyando a su equipo. Fiel a sus colores. Soportando el frío.
Cuando entró al estadio pensaba encontrarse a varios seguidores de su escuadra. Sin embargo, esto no pasó.
Los aficionados locales lo recibieron con abucheos.
Arrigo Brovedani era el único que había ido a Génova para apoyar al Udinese en el encuentro contra la Sampdoria.
Se encontraba solo en las tribunas. La bandera era su mejor compañera. Saludó al equipo.
La presencia de Brovedani tuvo su recompensa. Udinese se impuso 2-0 a la Sampdoria en un partido de la Serie A correspondiente a la jornada 16.
Al final del partido, el panorama cambió. El trato hostil se convirtió en solidaridad. El personal de la Sampdoria le sirvió café gratis y los aficionados locales lo invitaron a tomar una copa después del encuentro.
"Pero al final me aplaudieron y me invitaron con café y comida, y los directivos del club me regalaron una camiseta y me desearon una feliz Navidad", declaró Brovedani a la BBC.
El portal señala que el Udinese es un club chico que no suele llevar muchos aficionados al estadio.
La historia de este aficionado acapara la atención de los medios de comunicación en Italia
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