Una marea de hinchas del Corinthians, ataviados con camisetas, gorras y banderas, inundó hoy con sus cánticos y bailes las inmediaciones del Estadio de Yokohama, donde esta tarde disputará la final del Mundial de Clubes ante el Chelsea.
Desde la estación más cercana de trenes, cientos de aficionados de los equipos participantes, vendedores ambulantes de camisetas, reventas de entradas y curiosos llenaron las calles hasta el estadio.
La mayoría destacada de ruidosos aficionados paulistas convirtieron desde el primer momento en una fiesta su presencia, reunidos en grupos, y cortando las calles, ante la atenta mirada de ingleses, nipones y mexicanos del Monterrey, que hoy peleará por el tercer puesto del torneo.
Los pocos ingleses presentes, agolpados en las terrazas de las tabernas inglesas de la avenida principal al estadio, quedaron silenciados por la abrumadora presencia de la "torcida" brasileña, que según medios locales ocupará más de la mitad de los cerca de 72.300 asientos con los que cuenta el coliseo nipón.
"Nos han dicho que somos más de 30.000 aficionados del Corinthians. A eso hay que sumarle los muchos brasileños que viven aquí. Es como si jugáramos en casa", detalló a Efe Marcio, un hincha de 36 años que, procedente de Brasil, vino acompañado por tres amigos a Japón.
Para Marcio, que pronosticó una victoria de su club por 1-0, se trata de una ocasión única que no podía perderse como aficionado al "Timao": "Al equipo le ha llevado muchos años llegar hasta aquí. Para nosotros es muy importante", añadió.
Mientras, una decena de hinchas "blue" del Chelsea presenciaba con una cerveza en la mano la fiesta brasileña. Entre ellos, Glen, que viajó desde Australia con su hijo, espera que a pesar de la ruidosa presencia de aficionados paulistas su equipo gane la gran final por 2-0.
"Ganaremos con dos goles de Torres", afirmó a Efe, mientras que destacó la gran temporada del compañero de "El Niño" en el ataque del Chelsea, Juan Mata: "Es el jugador del año", dijo.
Sobre el técnico madrileño de los ingleses, Rafa Benítez, al que los hinchas no perdonan su etapa en el rival Liverpool, se mostró firme en su opinión de que aunque éste logre darles el Mundial de Clubes, "nunca" lo perdonarán.
A escasos pasos de la entrada al campo, en la zona habilitada para los aficionados y asistentes, los patrocinadores del evento montaron la ya habitual área de juegos y actuaciones en directo.
Futbolines, carpas con los trofeos y hasta un Papá Noel con el que hacerse una foto y pedirle un deseo de cara a la Navidad, convirtieron el estadio en una colorida fiesta para el deleite de los amantes del fútbol.
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