Lo que estaba siendo una fiesta por la zona vieja de la ciudad, se convirtió en una batalla campal en la que se vieron implicados miembros de Symmachiarii (grupo ultra ovetense), Ouligans (ultras ourensanos) y Celtarras (llegados desde Vigo).
Los altercados comenzaron en torno a las 15:00 horas, mientras la afición ovetense disfrutaba de la sobremesa. En esos momentos, varias personas encapuchadas y portando bufandas del Celta de Vigo llegaron a la céntrica Plaza do Ferro. Allí comenzaron a atacar a aficionados del Oviedo presentes en algunas terrazas.
Comenzó entonces una batalla campal entre ultras ovetenses y ultras del Celta de Vigo, acompañados por miembros de una peña ourensana. El panorama que dejaron a su paso los violentos fue desolador. Terrazas de varios bares completamente destrozadas, mobiliario público y sillas volando por los aires y varios negocios que tuvieron que echar las persianas para evitar mayores destrozos.
La policía nacional se personó en el lugar de los hechos, pero para entonces, ya se habían disuelto ambos bandos. Las ambulancias tuvieron que atender a varias personas que mostraban contusiones y cortes provocados durante la pelea.
Las fuerzas de seguridad decidieron entonces escoltar al grupo ultra ovetense hasta el estadio y por el camino se produjeron pequeñas escaramuzas en torno a la Iglesia de Fátima, que se saldaron con varias cargas policiales y la identificación de varias personas.
Feas imágenes por las calles de la ciudad para lo que estaba siendo una auténtica fiesta. Una vez en el estadio, el ambiente estuvo tranquilo y a la finalización del mismo, el dispositivo policial impidió enfrentamientos entre grupos de ultras.
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