Alrededor de 2.000 guardias privados y 3.000 policías se desplegarán en las ciudades sedes durante los juegos de ambas copas, con el apoyo de hasta 5.000 militares. Sofisticadas cámaras, escáners, detectores de metales fueron también adquiridos para afinar la seguridad.
El plan es amplio y va desde el resguardo de fronteras y prevención de ataques terroristas y cibernéticos --responsabilidad de las fuerzas armadas--, hasta la escolta de delegaciones y resguardo de estadios.
Los responsables de seguridad de la FIFA y del Comité Organizador Local (COL) del Mundial se reunieron en Rio de Janeiro para evaluar los avances en esta materia y planificar ensayos en los estadios en las próximas semanas.
"Tenemos la misión de organizar los más memorables eventos en el ambiente más seguro", señaló Serge Dumortier, especialista de seguridad de FIFA, durante un encuentro con periodistas.
En las últimas semanas, una bengala lanzada por la hinchada de Corinthians mató a un joven boliviano y los 'barra brava' del Palmeiras agredieron a los jugadores del club por perder en la Libertadores, hechos que despertaron preocupación en Brasil a 100 días de la Confederaciones.
Pero la FIFA asegura que su riguroso reglamento de seguridad blinda los estadios de cualquier amenaza de tumulto en las tribunas.
"Hay una regulación clara, sabemos lo que queremos, sabemos lo que no queremos en los estadios", lanzó Dumortier.
La estricta requisa
El Reglamento FIFA de Seguridad en los Estadios, de 69 puntos, señala como prohibidos "cualquier objeto que pueda utilizarse como arma, causar daños o lesiones o usarse como proyectil; objetos que incrementen el riesgo de incendio o sean peligrosos para la salud, no limitados únicamente a los artículos pirotécnicos".
También se cuenta cualquier "objeto que pueda distraer la atención de los jugadores o árbitros, incluidos los punteros láser, así como objetos que produzcan un excesivo nivel de ruido".
Sólo podrán llevar armas de fuego las autoridades y en los puntos de acceso se prohibirá el ingreso de bebidas alcohólicas y drogas, así como personas que estén bajo los efectos de estas sustancias.
"Habrá un estricto control en la entrada de los estadios, vamos a chequear a cada persona que entre al estadio para asegurarnos de que no entren con objetos prohibidos", advirtió Dumortier.
Un funcionario de la FIFA estará en cada estadio para garantizar que se cumpla el reglamento.
Una lista detallada de objetos prohibidos será publicada a finales de abril, en la se incluye también banderas con asta, e instrumentos como tambores.
"Cerca de 2.500 a 3.000 hombres (de la policía) estarán trabajando en el lugar del juego y los alrededores. Ellos actuarán integrados con la FIFA y la seguridad privada", señaló Valdinho Caetano, secretario extraordinario de seguridad de grandes eventos del ministerio de Justicia.
En entrenamientos de funcionarios, equipos y tecnología se invirtieron 450 millones de reales (unos 230 millones de dólares) y para este año se prevén inversiones por 350 millones de reales más (unos 180 millones de dólares), precisó Caetano.
En las próximas semanas, los organizadores realizarán test a los sistemas seguridad en cada uno de los estadios de la Copa Confederaciones.
Ojo en los problemáticos
La entrada de barras bravas no estará prohibida en las copas en Brasil, en parte porque los organizadores entienden que la pasión por un club no es igual que por la selección nacional.
Igual, se creó un centro de cooperación internacional con policías de países que tienen tradición de 'hooligans' como Alemania, Estados Unidos, Inglaterra e Israel, según Caetano.
"Se identificarán a los hinchas problemáticos que hayan comprado pasaje o boletos para juegos en Brasil, y serán observados permanentemente. No creemos que vengan a hacer desorden, pero tenemos acciones efectivas para controlarlos" en caso haya desorden, concluyó.
El plan es amplio y va desde el resguardo de fronteras y prevención de ataques terroristas y cibernéticos --responsabilidad de las fuerzas armadas--, hasta la escolta de delegaciones y resguardo de estadios.
Los responsables de seguridad de la FIFA y del Comité Organizador Local (COL) del Mundial se reunieron en Rio de Janeiro para evaluar los avances en esta materia y planificar ensayos en los estadios en las próximas semanas.
"Tenemos la misión de organizar los más memorables eventos en el ambiente más seguro", señaló Serge Dumortier, especialista de seguridad de FIFA, durante un encuentro con periodistas.
En las últimas semanas, una bengala lanzada por la hinchada de Corinthians mató a un joven boliviano y los 'barra brava' del Palmeiras agredieron a los jugadores del club por perder en la Libertadores, hechos que despertaron preocupación en Brasil a 100 días de la Confederaciones.
Pero la FIFA asegura que su riguroso reglamento de seguridad blinda los estadios de cualquier amenaza de tumulto en las tribunas.
"Hay una regulación clara, sabemos lo que queremos, sabemos lo que no queremos en los estadios", lanzó Dumortier.
La estricta requisa
El Reglamento FIFA de Seguridad en los Estadios, de 69 puntos, señala como prohibidos "cualquier objeto que pueda utilizarse como arma, causar daños o lesiones o usarse como proyectil; objetos que incrementen el riesgo de incendio o sean peligrosos para la salud, no limitados únicamente a los artículos pirotécnicos".
También se cuenta cualquier "objeto que pueda distraer la atención de los jugadores o árbitros, incluidos los punteros láser, así como objetos que produzcan un excesivo nivel de ruido".
Sólo podrán llevar armas de fuego las autoridades y en los puntos de acceso se prohibirá el ingreso de bebidas alcohólicas y drogas, así como personas que estén bajo los efectos de estas sustancias.
"Habrá un estricto control en la entrada de los estadios, vamos a chequear a cada persona que entre al estadio para asegurarnos de que no entren con objetos prohibidos", advirtió Dumortier.
Un funcionario de la FIFA estará en cada estadio para garantizar que se cumpla el reglamento.
Una lista detallada de objetos prohibidos será publicada a finales de abril, en la se incluye también banderas con asta, e instrumentos como tambores.
"Cerca de 2.500 a 3.000 hombres (de la policía) estarán trabajando en el lugar del juego y los alrededores. Ellos actuarán integrados con la FIFA y la seguridad privada", señaló Valdinho Caetano, secretario extraordinario de seguridad de grandes eventos del ministerio de Justicia.
En entrenamientos de funcionarios, equipos y tecnología se invirtieron 450 millones de reales (unos 230 millones de dólares) y para este año se prevén inversiones por 350 millones de reales más (unos 180 millones de dólares), precisó Caetano.
En las próximas semanas, los organizadores realizarán test a los sistemas seguridad en cada uno de los estadios de la Copa Confederaciones.
Ojo en los problemáticos
La entrada de barras bravas no estará prohibida en las copas en Brasil, en parte porque los organizadores entienden que la pasión por un club no es igual que por la selección nacional.
Igual, se creó un centro de cooperación internacional con policías de países que tienen tradición de 'hooligans' como Alemania, Estados Unidos, Inglaterra e Israel, según Caetano.
"Se identificarán a los hinchas problemáticos que hayan comprado pasaje o boletos para juegos en Brasil, y serán observados permanentemente. No creemos que vengan a hacer desorden, pero tenemos acciones efectivas para controlarlos" en caso haya desorden, concluyó.
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