La venta a precios ventajosos de entradas que realizó la junta directiva del Barça en las últimas semanas ha facilitado la entrada al Camp Nou de entre 30 y 35 ultras violentos, según han informado a este diario fuentes cercanas al caso. Además del acceso al campo, la ubicación de los asientos asignados a esos tíquets propició que estos individuos pudieran moverse dentro del estadio y reagruparse en el Gol Sud, con el consiguiente riesgo de que se reprodujera una aglomeración de violentos.
Los Mossos comenzaron a detectar el 5 de enero, con motivo del partido contra el Espanyol, la entrada de estos individuos mediante esas entradas. Desde entonces, y hasta el partido de vuelta de la Copa del Rey, el fenómeno se fue repitiendo en cada partido en que el Barça jugaba en el Camp Nou. Cuando investigaron, los Mossos descubrieron que el precio de las entradas era irrisorio. Como ejemplo: la entrada para el Barça-Madrid costaba 10 euros. Una décima parte del precio que pagaron otros aficionados.
CARDONER VE LAS IDENTIDADES / Durante la reunión celebrada el pasado viernes entre los Mossos d'Esquadra y la directiva del Barça, los mandos policiales asistentes pusieron sobre la mesa en su reunión con Jordi Cardoner, el representante azulgrana, las identidades de algunos de esos individuos que habían logrado acceder al estadio. Entre ellos había miembros de los Casual, la banda mafiosa surgida entre los Boixos Nois, así como algunos minicasuals, la nueva generación de ese grupo.
Además de tener un historial de incidentes dentro de estadios deportivos por los que tenían prohibida la entrada a esos recintos, varios de ellos contaban con inquietantes currículos delictivos. Los Mossos detectaron la presencia de personas con antecedentes por tentativas de homicidio, agresiones, etcétera. De hecho, los casuals y los minicasuals fueron objeto de una redada a principios del 2010 en la que se les acusó de delitos como atracos, extorsiones, asociación ilícita, lesiones y extorsión.
Algunos de quienes accedieron, como avanzó Catalunya Ràdio, aprovecharon los permisos de fin de semana que disfrutaban en prisión para ir al fútbol gracias a esas entradas.
La reunión del viernes, a la que acudió Cardoner y el director general de la Policía, Manel Prat por parte de la Conselleria de Interior, comenzó en un ambiente de mucha tensión, con ambas partes acusándose mutuamente de la entrada de la bengala. Sin embargo, la delegación azulgrana cambió de actitud y adoptó una postura más moderada cuando los mossos mostraron fotografías y antecedentes penales de los individuos detectados en el Camp Nou.
POCA SEGURIDAD / La presencia de esos individuos no es nueva. Algunos hacía meses que entraban, aunque ya no iban en grupo si no individualmente y en lugares lejos de sus compañeros de correrías. Sin embargo, con las entradas facilitadas por el club, tenían asientos en zonas desde las que podían acceder al Gol Sud, donde se agrupaban. Otro elemento del que se han quejado los Mossos al Barça era la escasez de vigilantes de seguridad que había en la zona desde la que se lanzó la bengala contra los aficionados del Madrid.
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