Los Mossos d’Esquadra levantaron acta ayer por la bengala lanzada el martes en el Camp Nou y los incidentes entre los aficionados más radicales del Barcelona y el Real Madrid, que fueron escoltados a la entrada y la salida del estadio mientras se lanzaban amenazas y más bengalas. El acta se enviará a la Dirección General de Administración y Seguridad, dependiente de Interior, que abrirá un expediente sancionador al club azulgrana.
Los Mossos estuvieron ayer por la mañana en el Camp Nou, donde los responsables del club aportaron las grabaciones del estadio para detectar quién lanzó el artefacto —que voló desde la boca 421 de la tercera gradería hasta la boca 522, donde estaban los aficionados madridistas—. Las imágenes no son claras y no se ha podido identificar al agresor, explicó el Barcelona. Si bien, fuentes policiales afirman que es el Barça quien debe responder como club, se identifique o no al culpable, de forma subsidiaria. Por la tarde estaba prevista otra reunión entre la directiva y Mossos, pedida a instancias del Barça, pero se suspendió después de que se filtrase el encuentro, según fuentes policiales.
El Barcelona, por otro lado, es ambiguo sobre si el club ha propiciado el regreso de los radicales al Camp Nou con la cesión de entradas, tal y como publicó EL PAÍS. El club remite a las declaraciones de Jordi Cardoner, vicepresidente del área social, realizadas la noche del miércoles en Catalunya Ràdio. Cardoner dijo que no le constaba que se hubieran dado entradas y cuando se le insistió sobre el asunto afirmó: “La organización de la animación en el estadio no pasa por regalar entradas a nadie. Lo desmiento absolutamente”.
Cardoner quiso desvincular el incidente con la bengala del proyecto de creación de una grada de animación que la nueva directiva estudió durante meses pese a la negativa de los Mossos, que creían que facilitaría el regreso de los violentos. “Es una acción puntual de algunos socios del Barça; no tiene nada que ver”, dijo. No opinan lo mismo las fuentes policiales consultadas, que no ocultan su preocupación: “Se ha vuelto a abrir la puerta a los radicales”.
En esa misma entrevista, el vicepresidente reconoció una reunión con “los grupos de animación culés, entre los que estaban los Boixos Nois”, y de donde salió un pacto preelectoral. “El pacto formal lo establecimos después (de ganar las elecciones) y los Boixos ya no estaban. No hay ningún pacto con los Boixos”, reivindicó.
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