La Policía Nacional detuvo en la mañana de ayer a cuatro seguidores radicales del Sporting por su supuesta relación con los incidentes ocurridos hace diez días durante el partido con el Córdoba en El Molinón. Al término del mismo, una veintena de violentos trataron de acceder al aparcamiento privado del estadio y al no conseguirlo agredieron a tres miembros de la seguridad privada del club. Las víctimas sufrieron contusiones, fractura del tabique nasal y rotura de costillas.
Previamente, en la zona del Fondo Joven, se produjo una carga policial por parte de los efectivos de la Unidad de Intervención Policial (UIP) tras ser bloqueados al intentar identificar a uno de los asistentes. Al parecer, les lanzaron numerosos objetos, entre ellos un bombo con el que animaban el partido.
El Cuerpo Nacional de Policía ha trabajado intensamente durante la última semana para identificar a los responsables del violento episodio y tratar de depurar responsabilidades en torno a lo sucedido en las gradas, hechos presuntamente relacionados entre sí. Al visionado de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la Unidad de Control Operativo se suman los testimonios recabados entre las víctimas y otras personas que presenciaron el ataque a los vigilantes de seguridad.
Las primeras cuatro detenciones se practicaron en la mañana de ayer. No se descarta que el número de arrestados aumente a medida que avancen las investigaciones. Los apresados podrían pasar hoy a disposición del juez de guardia después de permanecer durante toda la jornada de ayer en los calabozos de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de El Natahoyo.
Ambiente crispado
El ambiente durante el partido entre Sporting y Córdoba estuvo crispado desde antes del inicio como consecuencia de una manifestación de protesta convocada por Ultra Boys contra la gestión del consejo de administración del club rojiblanco y la petición de dimisión, así como la salida del club del máximo accionista. Tras manifestarse ante la puerta de autoridades, en las gradas se reiteraron los gritos de protesta, en algunos casos también extensivos a los jugadores del equipo gijonés y a periodistas.
La mayoría de los individuos que fueron identificados en el mismo lugar por los altercados en las gradas habían sido detenidos en anteriores ocasiones por peleas con aficiones rivales, como las ocurridas anteriormente con radicales del Génova y del Sevilla. Ambas batallas campales fueron archivadas por el juzgado de Instrucción número 1 al considerar que las identificaciones no se habían realizadas correctamente por el Cuerpo Nacional de Policía.
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