La ciudad portuaria de Hamburgo y el escudo de su equipo nunca han dejado de figurar en el mapa de la Bundesliga. Su orgullosa afición presume ante los rivales de ser la única que ha visto todas las ediciones del campeonato alemán. Sin embargo, la temporada del conjunto norteño resulta decepcionante y el descenso es ahora una amenaza real. Los nervios están a flor de piel y en la última jornada, después de la derrota al el Hertha de Berlín (0-3), los seguidores atacaron a sus propios jugadores.
«Tuvimos miedo de los aficionados y fue particularmente complicado para los futbolistas más jóvenes», ha reconocido el exmadridista Rafael van der Vaart. El holandés capitanea un equipo que después de caer ante el Hertha pasó muchos apuros para abandonar el estadio. Los gritos de «millonarios de mierda» se unieron a los empujones que los aficionados más exaltados propinaron a varios jugadores. No faltaron tampoco las patadas a los coches de alta gama de algunos miembros de una plantilla que cuenta con internacionales alemanes (Rene Adler, Heiko Westermann o Marcell Jansen) y croatas (Ivo Ilicevic y Milan Badelj).
El Hamburgo SV es uno de los clubes deportivos más antiguos de Alemania. Según sus estatutos, nació el 29 de septiembre de 1887, aunque la denominación actual se remonta a 1919. Fundador de la Bundesliga, es el único que nunca ha pisado la segunda división, estadística ahora amenazado por una crisis de resultados. Después de seis derrotas seguidas, figura en puestos de descenso. «Si los jugadores no despiertan de una vez y son conscientes de su responsabilidad, acabarán en segunda», ha advertido Günter Netzer, mítico exfutbolista y director deportivo del Hamburgo entre 1978 y 1986, el periodo de mayor éxito en la historia del club.
En la búsqueda de responsables por la pésima marcha del equipo, el primero que aparece en la lista es el técnico. Los aficionados se han hartado y han perdido la paciencia con Van Marwijk, seleccionador que llevara a Holanda a la final del Mundial 2010. Él no se siente responsable: «Si hay alguien que lo pueda hacer mejor, que me lo digan».
Sin embargo, su tiempo en el banquillo del histórico Hamburgo parece agotado. Carl Jarchow, presidente, y Oliver Kreuzer, director deportivo, le muestran públicamente su apoyo, pero el temor a perder la categoría les lleva a buscar un posible recambio para el banquillo. El elegido para tratar de ractivar al equipo es el veterano Felix Magath, quien ya ha sacado de apuros similares a otros grandes clubes de la Bundesliga.
En este convulso panorama, el Hamburgo recibe esta noche al todopoderoso Bayern en los cuartos de final de la Copa alemana.
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