El Real Madrid perdió aquello de jugar en su segunda casa con el adiós a Sarriá. El Olímpico de Barcelona y ahora Cornellà han dejado de ser el otro hogar para los blancos. Las visitas al estadio del Espanyol ya no san tan plácidas. El asunto ha cambiado y ahora el Coliseum Alfonso Pérez ha pasado a convertirse en el campo que menos presión sufre de toda la Primera división. Ayer, los asientos del estadio del Getafe tenían poco de azul y mucho de blanco. Los goles de Jesé, Benzema y Modric fueron celebrados con alegría desde una grada que mucho tenía de madridista y que celebró el partido número 25 sin perder de los blancos.
El Getafe nunca se ha caracterizado por tener una numerosa afición, tal y como se demostró en las finales de Copa que disputó en el Bernabéu y en el Calderón y en el que gran parte de las entradas fueron a parar a sus rivales. Ahora, ya sin los éxitos deportivos de por medio, los seguidores se han dado a la fuga. Con el equipo peleando por evitar caer en la zona peligrosa de la tabla, han desertado del Alfonso Pérez. Antes eran los precios (ayer la entrada más barata era de 60 euros por 100 de la más cara); ahora que han bajado, se señala al juego del equipo. Lo cierto es que el Getafe se ha convertido en el equipo con menos afición de Primera.
Anteriores visitas del Real Madrid al Coliseum se cifraban en un media de 15.000 aficionados -ayer no llegaron a los 10.000- dejando los fondos con un aspecto desolador. Y lo peor para el equipo local es que la mayoría se alegraba de los goles blancos y mostraba indiferencia hacia su equipo. El ambiente ayudaba a que el equipo de Ancelotti se sintiera cómodo, como en casa.
El Getafe lleva seis años sin llenar el estadio con motivo de la visita del Real Madrid. En esta temporada la media es de 6.200. Con el Barcelona se quedó en 8.000 el número de seguidores que acudieron al estadio. La realidad dice que de los 12.000 aficionados que llenaban la grada en sus primeros años en la máxima categoría, la cifra se ha reducido a la mitad. Las últimas grandes entradas se produjeron cuando la necesidad apretaba al Getafe en 2011. Lo curioso es que Ángel Torres sigue dando vueltas a la posibilidad de un nuevo estadio con 32.000 localidades, cuando tiene uno con 17.000 que no llena desde hace cuatro años.
El escenario que se encontró el Real Madrid era idílico. Necesitaba ganar para no descolgarse en la lucha y lo hizo hasta con comodidad. El ambiente lo propiciaba. Ancelotti quería firmar su partido número 25 sin perder, igualando a Capello, y lo hizo como si estuviera en casa, con pocos aficionados en contra y muchos a favor.
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