Le queríamos mucho”, sollozaba Willison, el hijo pequeño de Wilfred, la viva imagen de su padre. Tanto él como sus dos hermanas (Winthia y Stephania) aterrizaron a las 06:30 en Madrid y acudieron al tanatorio de Alcalá para velar al mítico portero. Junto a ellos estuvieron compañeros de su padre como Cota (“Estoy muy orgulloso de mi barrio y de mi Rayo”, confesó), Míchel, España o Pedro Riesco y algunos de sus entrenadores, como Zambrano o Felines. También quiso despedirse de Willy su representante de toda la vida, Andreu Idu, que le definía así: “Era un hombre tímido, pero siempre se estaba riendo. En Vallecas era feliz”.
El presidente del Rayo, Raúl Martín, llegó acompañado de Emilio Butragueño, en representación de Real Madrid. “La rabia que da es que los hijos no hayan podido llegar antes”, lamentó el mandatario vallecano, mientras El Buitre recordó: “Yo jugué contra él y guardo un gran recuerdo suyo”. Además de empleados del club, acudieron también futbolistas del primer equipo como Tito o Cobeño y el técnico Paco. La afición tampoco le dejó solo en su adiós. Varios hinchas le entregaron personalmente flores a la familia a la entrada del Tanatorio y otros, optaron por depositar coronas, como es el caso de la Peña Bus Uno y Bukaneros. También había flores de AFE, LFP, sus compañeros de MRW, los veteranos franjirrojos y de entidades como Rayo y Real Madrid, entre otros.
Sepelio. El funeral se celebra hoy (08:00 horas) en el cementerio de Meco, donde está enterrada su esposa. Ayer, le arropaba una bandera del Rayo y su familia y amigos le dedicaron una emotiva frase a Willy: “La muerte es un momento, tu memoria es para siempre”.
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