La tensión entre la Curva Nord y el Valencia, que desde el sábado parecía irreconducible, parece haberse reducido. Esto se presumía imposible tras lo acontecido en el partido del Almería, cuando los efectivos de seguridad obligaron a retirar una bandera de Yomus que un hombre había colgado en Mestalla. Desde la grada joven se quejaban del trato recibido y en el club replicaban que no se va a tolerar ningún viso de violencia en el estadio ni se permitirá la entrada de símbolos de los grupos ultras. El presidente ejecutivo, Amadeo Salvo, reiteró ayer esta postura, pero lanzó un mensaje que pretende ser conciliador. Poco después, la peña Yomus emitió un comunicado según el cual renuncia a exhibir su simbología en el coliseo blanquinegro.
«La misión de la Curva es de apoyar al equipo. No vamos a perseguir a nadie del grupo animación, lo que no vamos a permitir es ningún símbolo no autorizado. No seremos tolerantes con cualquier publicidad que sea negativa para el club y beneficiosa para unos pocos», señaló Salvo, en una intervención difundida por la televisión del Valencia.
«No queremos ningún vínculo con ninguna ideología, sólo que esos valencianistas que animan más que nadie sigan haciendo eso. En ello contarán siempre con el apoyo del club, pero siempre que se haga desde el respeto al rival y al árbitro», insistió Amadeo Salvo.
Poso después de que el club hiciera pública la entrevista de algo más de siete minutos a Salvo, Yomus emitió su comunicado, que difundió a través de las redes sociales. «Fieles al compromiso que adquirimos desde el año 1983 hasta el día de hoy, que no es más que animar y defender la imagen del Valencia, hemos tomado la decisión de renunciar a mostrar nuestra pancarta en el estadio de Mestalla y así ayudar a traer la normalidad cuanto antes hacia nuestro equipo», señala la directiva de la peña, que lanza un dardo al afirmar que no se ha podido reunir con los dirigentes del club pese a haberlo solicitado.
Por el momento parece sofocarse un problema que tenía mala solución. El sábado por la noche, desde la grada joven se apuntaba a que con la tensión de las últimas semanas y de cara a la próxima temporada, este grupo de animación se planteaba desaparecer o integrarse en la Agrupación de Peñas.
Esa segunda posibilidad no es a día de hoy tan sencilla, tal y como explicaron ayer a este periódico fuentes de la propia Agrupación, ya que el proceso de integración se prolongaría durante dos años. «No estamos para controlar la Curva Nord, sino para otras cosas. Debemos atender a 28.000 peñistas», afirmó ayer el presidente de la Agrupación de Peñas del Valencia, Blas Madrigal.
El Valencia, tal como subrayó ayer Salvo, quiere vincular su proyecto Gloval Respect al plan de la Liga, la Federación y el Consejo Superior de Deportes para combatir la violencia en el fútbol. «Los grandes clubes y las grandes ligas deben caminar por ahí, destinar sus energías en el apoyo a su equipo, no en el desprecio al oponente», señaló el presidente ejecutivo, quien afirmó que el Valencia está presente en la Comisión de Seguridad, Respeto y Tolerancia por petición expresa del presidente de la Federación, Ángel María Villar.
Dar ejemplo ante el Sevilla
Fruto de este proyecto, impulsado tras el asesinato de un ultra del Dépor, la Liga publicó ayer el primer informe de cánticos que incitan a la violencia, coreados en estadios de Primera y Segunda durante la pasada jornada, y en los que no aparece ninguno entonado en Mestalla
Salvo remarcó que el partido ante el Sevilla es vital para el objetivo de entrar en Champions, pidió que todo el estadio sea una grada de animación, pero solicitó que en todo momento se mantenga una actitud respetuosa. «Es la hora de disfrutar de este gran espectáculo con todo el respeto que exige el fútbol. La afición debe centrarse en ayudar a nuestros jugadores, olvidarse del pasado y de historias y centrarse en la actualidad», señaló el dirigente.
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