Tras el descenso a Segunda B era necesario que el Carlos Belmonte renaciese de sus cenizas y demostrase que la estancia en esta categoría era solo un accidente de un club que por historia y afición no podía estar ahí. Fue entonces, en la temporada 2011/12 cuando de la unión de tres peñas nacería la Grada de Animación del Albacete Balompié. Lo que parecía iba a ser el principio del fin de una entidad venida a menos se encontró con la oposición de un grupo de unas 40 personas que quisieron demostrar que con unión e ilusión íbamos a salir de ese pozo. Ubicados detrás de la portería de gol norte, cada partido, lloviese, nevase, hiciese sol o viento la Grada se empeñó en dar al estadio una animación que ni en Segunda se daba. Se hizo del Belmonte un fortín y se crearon unos lazos con los jugadores que incluso los llevaron a rapear en una eliminatoria de ascenso con miembros de la Grada. También el presidente Candel quiso animar con estos seguidores en un partido que tuvieron que cambiarse de grada.
Los jugadores agradecieron el colorido que veían cada vez que, de frente, encaraban la portería de gol norte. Incluso el resto de la afición se unía a los cánticos que desde ahí se iniciaban, y no se dudó en aplaudir a rabiar a la Grada cuando, ya en el fondo sur, entraron con un partido iniciado en señal de protesta por unos incidentes que nunca mancharon su nombre. La Grada se movió varias veces de sitio pero el fondo siempre ha sido el mismo: trabajar, luchar y pelear por ser el jugador número doce y devolver al Alba a la categoría que le correspondía.
Dicen en su web que su objetivo era llevar a nuestro equipo a la categoría que nos merecemos para después llegar a la categoría con la que todos soñamos. Organizando desplazamientos, citas solidarias, previas, recibimientos, pancartas y tifos y siendo mucho más que una peña, el pasado mes de mayo lograron el primero de sus objetivos. El sacrificio y esfuerzo de sus máximos responsables –incluso económico- cambió el colorido del Belmonte, siempre sin incidentes, siempre con respeto y siempre demostrando la calidad de esta afición. Nunca olvidaré lo que significaba la Grada de Animación cuando el pasado mes de noviembre, en el Albacete- Leganés la afición insultó al equipo madrileño por no echar el balón fuera y esto hirió el orgullo al casi centenar de seguidores visitantes. La respuesta de la Grada fue quedarse a la conclusión del partido a corear y aplaudir a dichos seguidores, mejorando la imagen de nuestra afición de cara a nuestros visitantes. Así ha sido La Grada. Es una noticia tremendamente grave y negativa su cese de actividad. Desde el club se debería hacer mucho más por ayudar a estos valientes aficionados que tienen mucha culpa de que hoy día no estemos en Segunda B. Su dedicación y sentimiento por este club –único motor que los ha movido todo este tiempo- debería contar con el más enorme agradecimiento de todos los aficionados del Alba. Estamos en deuda con la grada de Animación del Alba. “Esta grada nunca se rinde”- cantaban. Vosotros habéis sido el pulmón del Alba, de nuevo: gracias.
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