El exjugador del Sevilla Tiberio Guarente ha sido llamado a declarar como testigo, este jueves 22 de enero, por el caso de los 146 ultras italianos, de Bérgamo y Catania, acusados de una serie de crímenes que se produjeron entre 2006 y 2012.
El jugador de 29 años de edad, que no estuvo convocado en el último encuentro del Empoli por un problema en la rodilla, debía presentarse esta mañana ante la jueza María Luisa Mazzola para la vista oral. Guarente, que ahora juega en el Empoli después de pasar por el Sevilla, Bolonia, Catania y Chievo Verona, fue convocado por el fiscal Carmen Pugliese quien quiere aclarar la relación de los ultras del Atalanta con algunos jugadores del equipo, en el momento del presunto delito. Guarente, que se crio en la cantera de Atalanta, era uno de los jugadores más queridos por la hinchada, aunque en los últimos meses pasó a un segundo plano, según ellos, por su falta de compromiso en el campo y una vida "demasiado mundana". En este sentido, los ultras desplegaron durante un partido una pancarta acusando al futbolista de estos malos hábitos. El fiscal quiere aclarar si, además de ese episodio, Guarente fue objeto de amenazas o hechos más graves.
Guarente llegó al Sevilla en el verano de 2010. Se trataba de un jugador emergente en el fútbol italiano, seguido muy de cerca por clubes como el Inter o el Milan. Sin embargo, su etapa en Nervión fue negativa. Una grave lesión de rodilla le apartó de los terrenos de juego durante casi un año. Poco después, se supo que el jefe de los servicios médicos del club no recomendó su fichaje al considerar que tenía una rodilla de alto riesgo. A partir de entonces, una cesión detrás de otra por distintos equipos italianos hasta que el pasado verano acabó desvinculándose del Sevilla.
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